A) Sistemas que piensan como humanos: automatizan actividades como la toma de decisiones, la resolución de problemas y el aprendizaje. Un ejemplo son las redes neuronales artificiales.
B) Sistemas que actúan como humanos: se trata de computadoras que realizan tareas de forma similar a como lo hacen las personas. Es el caso de los robots.
C) Sistemas que piensan racionalmente: intentan emular el pensamiento lógico racional de los humanos, es decir, se investiga cómo lograr que las máquinas puedan percibir, razonar y actuar en consecuencia. Los sistemas expertos se engloban en este grupo.
Los sistemas de programación aplicados tienen, a su vez, diez formas de uso:
1) En tareas de gran dificultad o riesgo, como rescates en desastres o cirugías muy complicadas.
2) En formas de transporte, para controlar vehículos de conducción autónoma, como trenes, aviones o drones.
3) En la banca y los negocios, para organizar inversiones y pronosticar mercados.
4) En la medicina, para interpretación de exámenes y manejo de diagnósticos computarizados, como ecosonogramas, tomografías e imagenología.
5) En la educación, no solo como herramienta sino como modelo para estudiar patrones y problemas.
6) En las empresas ligadas a la Web, para analizar comportamientos.
7) En el campo de la seguridad y ciberseguridad, para el control y resguardo de data e información.
8) En el comercio electrónico, uno de los campos en los que la IA se está aplicando con mayor intensidad para servicios, estadísticas y chatbots.
9) En los teléfonos inteligentes, sus programas y gestiones de datos.
10) En la internet de las cosas, que es, seguramente, la más impactante de las aplicaciones de la Inteligencia Artificial.
Visto así, tenemos la seguridad de que la próxima década verá un crecimiento en todas estas utilizaciones, abriendo puertas a insospechados avances y perspectivas, que afectarán la cultura, la vida y la cotidianidad.
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