Se ha definido como "Transhumanismo" al movimiento técnico, cultural e intelectual, de alcance internacional, que tiene como objetivo final transformar la condición humana mediante el desarrollo y fabricación de tecnologías que mejoren las capacidades humanas, tanto a nivel físico como psicológico o intelectual. Los teóricos transhumanistas están estudiando los posibles beneficios y peligros de las nuevas tecnologías aplicables, que podrían superar las limitaciones humanas fundamentales, potenciando sus capacidades. Estos especulan sosteniendo que los seres humanos pueden llegar a ser capaces de transformarse en seres con nuevas y extensas habilidades, que pueden identificarse bajo el rótulo de "posthumano".
Esta propuesta conlleva ciertos dilemas morales y éticos, obviamente: si la especie humana se encamina hacia la "tecnoera" (era de la supremacía de lo tecnológico) y al transhumanismo, ¿no terminaremos siendo como robots, asociados a una inteligencia artificial? ¿Y si la inteligencia artificial, en lugar de redimirnos, nos aniquila como especie? Desde hace muchos años este conflicto se ha esbozado en los libros y cuentos de ciencia ficción, pero ahora la realidad parece acercarnos a ese problema. La tecnología para ello ya se está desarrollando en diversos laboratorios del mundo.
Se supone que todo comienza con la implantación de un microchip en el cerebro. Es el primer paso para asemejarnos a los robots, con el fin de transferir nuestra mente a un ordenador para asociarnos a un sistema en forma de código. Notablemente, en esta línea van también los proyectos en marcha para la prolongación de la vida. Muchos escritores y científicos se han preocupado por esta tecnología. Pero todo parece indicar que, sin bien no llegaremos aún a ser organismos cibernéticos (los llamados cyborgs), estamos muy cerca de alcanzar algunas formas de transhumanismo.
De hecho, algunos autores consideran que la humanidad ya está siendo transhumana, porque los progresos médicos en las últimas décadas han alterado de manera significativa nuestra especie. En este blog he nombrado a Hans Moravec (ver la etiqueta), pero no es el único; cientos de intelectuales están discutiendo si ya entramos en esta condición. Trasplantes, implantes, prótesis y dispositivos digitales asociados ya llevan años utilizándose. Sin embargo, todo ello no lo sería de una forma consciente y, por tanto, no una condición verdaderamente transhumanista, para la cual hay que tener un grado de concientización todavía no universalizado. No obstante, es una realidad que tenemos en puertas, y que hay que considerar: ¿hasta cuando seremos humanos?
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