En la primera mitad del siglo XX, Charles Lalo (1877-1953), un filósofo francés, docente en la Sorbona de París y especialista en teoría estética, escribió diversos libros sobre arte, belleza, estética y sociedad. Una de sus propuestas más interesantes es la definición de cinco funciones que según él, tiene el arte en nuestras sociedades. Estas son:
1.- Función de diversión. El arte puede entenderse como un juego, un entretenimiento, un estímulo a la divagación y al reposo. De alguna manera es un "lujo" en el mundo de la agitación y la ocupación.
2.- Función catártica. Una manera de canalizar emociones, liberar tensiones y relajar los nervios. El arte es una forma de compensar crisis emotivas e intelectuales.
3.- Función técnica. Arte como propuesta de situaciones formales, de expresión de habilidades, para gozar de una apreciación de habilidad, según criterios de valoración y adaptación.
4.- Función de idealización. El arte como sublimación de los sentimientos y de los problemas. Es una manera de evasión superior, más allá de una actividad pragmática.
5.- Función de refuerzo. El arte como intensificador de las emociones, problemas y vivencias. Duplicador de las realidades cotidianas, convirtiéndolas en hechos inevitables, que deben ser considerados como parte de la vida común.
Esto funciona tanto para el creador como para el perceptor. Las tres primeras indican la presencia de elementos estructurales presentes que apelan a la reacción del sujeto. Las otra dos apelan a los valores positivos, intensificando las sensaciones que son parte de la propia experiencia humana y social. Estas funciones explicadas por Lalo, de alguna manera siguen siendo aplicables a todas las expresiones artísticas contemporáneas, que se suman a todas aquellas que se han conocido tradicionalmente, antes de la expansión de los medios de comunicación masivos y tecnológicos de ahora.
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