Se llama Kitsch a toda expresión artística considerada"cursi" y "vulgar", de alguna manera pretenciosa, y por tanto no sencilla ni clásica, sino de mal gusto y regresivo. Si bien es visto como el estilo de lo banal e irrelevante, muchos estudiosos del arte considera estas manifestaciones importantes porque contienen dos elementos polémicos: una forma de identificación crítica con aquello que no es "alta cultura" y una manera de destacar lo que supuestamente no tiene valor estético.
Curiosamente, a pesar de ese supuesto estatus de poca relevancia, ha sido una tendencia estudiada por muchos autores importantes, desde el campo de la filosofía, la antropología, el arte y hasta la política. Pensadores como Theodor Adorno, Walter Benjamin, Umberto Eco, Susan Sontag y otros, desde hace varias décadas, han tratado este tema. Ya en este blog hice referencia a la estética "Camp", comentada por Sontag, que es una forma contemporánea de kitsch. Benjamin analiza el kitsch desde el punto de vista de la reproducción mecánica de las obras de artes, como objetos decorativos o incluso fetiches. Por su parte, Adorno analiza esas producciones de poco gusto, bajo la óptica de la industria cultural. El arte es controlado y planeado por las necesidades del mercado y es dado a un pueblo pasivo que lo acepta, bajo la forma de objetos de consumo con poca relevancia estética.
Desde la perspectiva marxista, los rasgos que definen lo kitsch son la falta de originalidad (o de novedad) y la pretenciosidad, esto es, el "deseo de aparentar ser"; en este sentido, todas las imitaciones y copias son manifestaciones de lo kitsch, con el empleo en este tipo de obras de materiales no genuinos, sucedáneos o impropios. A esto se refería Walter Benjamin (ver aquí) en sus escritos cuando hablaba de la pérdida de la "unicidad" en la creación.
Por otro lado, hay un debate sobre la aplicación del término y la forma de definir como obras de esta tipología, que responden a la intención estética de su creador. Usualmente se acepta que definir una pieza como kitsch implica un vedado desprecio y el deseo de diferenciarlo del "arte culto", por lo que las piezas realizadas en materiales económicos que imiten otros más caros, normalmente valiosos, son consideradas kitsch, al margen de que el autor tenga o no la intención de aparentar una pieza más costosa, para que quien la posea se destaque como "superior".
Es una estilo que es de difícil definición, aunque parece haber un consenso en aceptar cuando algo es kitsch o no. En la siguiente publicación veremos cómo surge este concepto y el nombre de"Kitsch", y qué otras aproximaciones filosóficas tiene en el campo de la cultura.
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