En la publicación de ayer ("primer post"), presenté el libro Inteligencia Artificial, cómo cambiará el mundo (y tu vida), del año 2018, escrito por el español, doctor en informática, Pablo Rodríguez Rodríguez. Reseñé una parte, los dos primeros capítulos, en la que se enfoca en el desarrollo y gran uso de los datos y la "big data" útiles para la inteligencia artificial. Luego aborda un tema clave: la inteligencia artificial (IA), ¿humanos contra máquinas? que es el tema de este segundo post. Aquí el asunto fundamental es el uso de algoritmos para el aprendizaje, que será de dos tipos, automático y cognitivo.
En primer término, es importante reconocer que hoy los algoritmos gobiernan nuestras vidas, por lo menos en todos los ambientes en los que la tecnología nos es accesible. Algoritmos, son básicamente, conjuntos ordenados y finito de operaciones que permiten hallar la solución de cualquier problema o planteamiento, fundamentalmente matemático. También se refiere a ciertos métodos y notación en las distintas formas del cálculo, que puede ser secuencial. Los algoritmos son fundamentales para todo proceso informático, de manejo de datos y, consecuentemente, para el desarrollo de los programas de inteligencia artificial.
El uso de los algoritmos en la IA tiene dos vertientes. Uno es el aprendizaje automático. Este es un subcampo de la inteligencia artificial (IA) que se centra en el desarrollo de sistemas que aprenden y mejoran su rendimiento de forma autónoma a partir de los datos que procesan. En lugar de programar explícitamente las reglas y acciones, estos sistemas se entrenan con conjuntos de datos, permitiéndoles identificar patrones y tomar decisiones por sí mismos. Por otro lado, Rodríguez explica como la IA también aprovecha el aprendizaje cognitivo. Este se centra en desarrollar sistemas que imitan el proceso de aprendizaje humano. Estos sistemas no solo aprenden de los datos, sino que también pueden comprender el significado de la información y usarla para razonar, resolver problemas y tomar decisiones. Sobre la base de estas formas de aprendizaje es que se potencia la IA. Entonces el autor afirma que los ordenadores adquieren nuevos conocimientos a través de la IA y del aprendizaje automático y cognitivo, multiplicando permanentemente sus capacidades.
Esto puede asustar un poco y generar un natural miedo a la potencia de la IA, pero Rodríguez señala que desde que se produjo la división del trabajo y la industrialización, las sociedades se han vuelto más eficientes sacando mayor partido al trabajo. Con la aparición de las máquinas, los autómatas y los robots, el ser humano ha podido ir dejando los trabajos más rudos, alienantes y esclavizantes. A fin de cuentas, el aprendizaje automático de la IA, por ahora, no es más que otra forma de trabajo. Eso sí, quizás por primera vez la creciente automatización del trabajo intelectual afecta al concepto que distingue esos distintos tipos de trabajo. Pero en vez de ver problemas y amenazas podemos ver soluciones y oportunidades. Todo va a depender del uso que nosotros hagamos de ere recurso.
La IA bien aprovechada va a contribuir con nuevas formas de liderazgo y creatividad. Pablo Rodríguez enfoca a continuación los beneficios que en este sentido podemos prever. Pone ejemplos del futbol y otros deportes en los que el manejo eficiente de macrodatos ayuda a obtener resultados exitosos. Así mismo señala la importancia de esa big data en el desarrollo de opciones para mejorar la medicina, la producción de alimentos y la gastronomía en general. El siguiente tema que se toca en el libro tiene que ver con la ciencia de datos y los beneficios en otros campos que nos puede traer el uso de la IA, mismos que veremos en la próxima publicación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario