Este es un concepto que se aplica a muchas disciplinas y organizaciones. Un bucle de realimentación (también retroalimentación, un término que no es del todo adecuado), también conocido como ciclo de feedback, es un proceso en el que la salida de un sistema se reintroduce como entrada, de forma que afecta a su comportamiento futuro. Es como un círculo que se cierra, donde la información fluye de vuelta al inicio y modifica el punto de partida. Como podemos deducir, esto en el campo de la informática es clave, pero también lo es en otros campos.
En principio, un bucle de realimentación sirve como una forma de aumentar la productividad en el rendimiento de un individuo, un trabajo, un equipo, un proyecto o un proceso. Los bucles de realimentación ayudan a identificar regularmente áreas de mejora. Luego, cuando estas mejoras se convierten en elementos de trabajo procesables, se pueden rastrear y abordar los desafíos clave que el proceso enfrenta, relacionados con los resultados proyectados.
En general, cualquier bucle de realimentación tiene tres etapas principales. Durante la primera etapa, se captura y almacena la entrada: estos son los datos con los que se opera. En la segunda, se analiza la entrada reunida en la etapa uno. Finalmente, durante la tercera etapa se toman decisiones basadas en los conocimientos adquiridos en la etapa anterior. Después puede venir un cuarta etapa del bucle de realimentación: la implementación de los cambios propuestos. Luego el proceso continúa un bucle tras otro, generando una mejora continua dentro de cualquier sistema.
Algunos ejemplos los podemos ver en el cuerpo humano, en el que la temperatura corporal es un bucle de realimentación. Cuando la temperatura aumenta, el cuerpo suda para refrescarse. El sudor reduce la temperatura, lo que a su vez reduce la sudoración. En el clima: el calentamiento global es un bucle de realimentación. El aumento de las temperaturas derrite el hielo, lo que libera gases de efecto invernadero que atrapan aún más calor. Este calor adicional derrite más hielo, y así sucesivamente. En las empresas, los bucles de retroalimentación se utilizan para mejorar la calidad de los productos y servicios. Los clientes dan su opinión sobre un producto, y la empresa utiliza esa información para mejorarlo. El producto mejorado recibe más comentarios positivos, y así sucesivamente. Por supuesto en el campo de la informática se aplica también este proceso, que es el que lleva a las continuas mejoras en los sistemas de computación.
Podemos decir que hay dos tipos de bucles de realimentación: positivos, que amplifican la señal original. En el caso del calentamiento global, es un bucle de retroalimentación positivo; y negativos, que amortiguan la señal original. En el caso de la temperatura corporal, es un bucle de retroalimentación negativo. Aquí no se refiere a escala de valores ("bueno" o "malo") sino al tipo de proceso. Los bucles de realimentación son importantes porque permiten que los sistemas se adapten a su entorno; ayudan a mantener el equilibrio en los sistemas y pueden ser utilizados para mejorar su propio rendimiento.
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