Nacido en Smolensk (cerca de Polonia, donde también nació Isaac Asimov en 1920), se fue a Petrogrado a estudiar Artes, pero terminó estudiando arquitectura en Darmstadt, Alemania, a los 19 años. Allí asimiló los principios materiales y estructurales que se convertirían en la base de su arte. En 1919, el pintor Marc Chagall, director de la Escuela de Arte de Vítebsk, lo invitó a unirse al cuerpo de profesores para enseñar artes gráficas, impresión y arquitectura; allí estableció su amistad con Malévich, quien le impulsó a desarrollar sus propias ideas creativas. Lisistki vio en la revolución rusa que comenzó en octubre de 1917, un inicio para todas las expresiones humanas, y hasta 1921 aportó con sus iniciativas, sangre nueva a la naciente Unión Soviética. Ese año se trasladó de nuevo a Alemania, y allí tuvo contacto con las nuevas corrientes estéticas: De Stijl, Bauhaus, Dadá. También aquí reafirmó sus concepciones constructivistas, asimilando las nuevas tecnologías en impresión y fotomontaje.
Entre 1923 y 1925 trabajó en varias publicaciones periódicas, y diseñó diversas revistas, participando activamente en algunas, como Veshch ("Objeto" en ruso) o Broom, una revista norteamericana de avanzada. Como diseñador, Lisistki no decoraba la revista, el libro o la página, sino que pensaba en el objeto visual como un ente completo, programado y unificado. Para él eran importantes las relaciones visuales, los contrastes de los elementos y la tipografía, que seleccionaba muy cuidadosamente. A partir de 1925, y ya con una incipiente tuberculosis, dedicó su talento a los proyectos comunicacionales del gobierno soviético. Siempre dio prioridad a la responsabilidad social del diseño, incorporando las nuevas tendencias a las necesidades de la mayoría. Durante la década de 1930 consolidó su estilo y trabajó en el arte y la arquitectura, a la par del diseño gráfico.
En 1939 construyó el pabellón soviético para la Exposición Mundial de Nueva York de ese año. Pero en diciembre de 1941 su salud colapsó, y murió justo seis meses después de que Alemania invadiera a la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial. Gracias a su responsabilidad social y su compromiso con el pueblo, su dominio de la tecnología en favor de propósitos nobles y su visión creativa innovadora, pareja del progreso del siglo XX, El Lisistki estableció una pauta de excelencia y originalidad que aún hoy es trascendente.
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