Se entiende como IDIOLECTO al conjunto de rasgos propios de la forma de expresarse de un individuo. Es lo que en el lenguaje escrito puede identificarse con el estilo. Como ya he señalado antes en este blog, el estilo está ligado a la estética, por lo que el idiolecto es, de alguna manera, una expresión estética propia de cada quien, de todos los que usamos un idioma. Es la forma como se manifiesta el uso en una selección particular del léxico, de la gramática y también en palabras, frases y giros peculiares, así como en variantes de la entonación y la pronunciación.
Los idiolectos ayudan a dinamizar la comunicación con los demás, y se identifica con la necesidad que cada persona tiene de expresar su forma particular de ser y de pensar, sus gustos y sus necesidades. Se asume que cada ser humano posee un idiolecto, o varios (si es bilingüe, trilingüe...). Cada individuo tiene su idiolecto, que está fuertemente condicionado por el entorno familiar (en particular, por los padres y de manera inconsciente), social y cultural, y también por la situación (por ejemplo, de salud) en la que se encuentre.
Es importante notar que una persona no hablará de la misma forma, por ejemplo, con un niño pequeño, que con un adulto a quien trate de usted, aunque se mantenga el respeto en ambos casos. Esto es algo común a todos los hablantes, por lo que se considera que son diferentes los registros o variedades situacionales en función de la intención y el contexto.
En el caso de la comunicación digital, el idiolecto se identifica con la forma en que cada uno de nosotros utiliza los elementos que nos permiten las herramientas tecnológicas, así que por extrapolación podemos hablar de idiolectos digitales, que además, conducen a un estilo personal en el uso de todos los recursos que los dispositivos de hoy nos ofrecen.
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