Aunque son muy similares en grafía y sonido, son dos términos que significan cosas bastante diferentes, pero que están muy ligados al campo de la cultura, el arte, la estética y la creación. Se asume fácilmente que LUMINOSO tiene que ver con la luz. Aquello que emite luz, bien sea propia o reflejada, es luminoso. Se usa el término "lumen" para definir a la unidad de flujo luminoso de una fuente (del latín lux). Pero más allá de su aspecto físico, luminoso es también aquello ligado a lo bello, a lo espiritual, a lo trascendente.
Como concepto espiritual se relaciona con la iluminación, la revelación divina y suele ser sinónimo de verdad, por lo que luminoso es verdadero; por ejemplo, podemos hablar de seres luminosos (o iluminados), que incluyen los sobrenaturales, caracterizados por su bondad y los santos. También se usa luminoso para calificar a personas que parecen tener algún tipo de virtud o poder esotérico y que muestran dones excepcionales, bien sea en la religión, la filosofía, el arte o cualquier otra manifestación cultural humana.
Por su parte, el término NUMINOSO fue acuñado por el historiador y teólogo alemán, Rudolf Otto (1869-1937), y la palabra proviene del latín numen que significa poder o potencia divina (y no tiene que ver estrictamente con el noumenon kantiano). Otto desarrolló su noción de lo numinoso en su libro La Idea de lo Sagrado (1917), donde escribió que lo sagrado, además de un componente de perfección moral, tiene un aspecto numinoso. Es decir, define el concepto de lo sagrado como aquello que es numinoso, misterioso, que está relacionado con la manifestación de poderes divinos.
En principio, numen se refiere a las deidades romanas y a sus deseos, su voluntad, su poder y por extensión también se usa para referirse al ingenio poético, como un elemento que inspira sus composiciones a los poetas. Por lo tanto, numinoso es aquello perteneciente o relativo al numen como manifestación de poderes religiosos, míticos o mágicos. Otto explica que lo numinoso existe en todas las religiones y es una emoción que tiene valor epistemológico, más allá de lo racional. Es la emoción religiosa que tiene una cualidad de conmoción o estremecimiento y transformación. Esa emoción, a su vez, es fuente de inspiración para distintas expresiones humanas: poesía, pintura, teatro, escultura, literatura y otras artes, incluyendo sus expresiones contemporáneas.
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