La internet de las cosas, IdC (Internet of Things, IoT), es el término que usamos hoy para referirnos a los sistemas de interconexión de las "cosas", sean estos aparatos, máquinas, dispositivos o productos, que se conectan por internet respondiendo a necesidades y programaciones establecidas por los humanos o por los patrones programados por la inteligencia artificial. Como vimos en la publicación anterior esta estructura de enlaces se está ampliando y masificando cada vez más en nuestros entornos vitales. Tan es así que se teme por una crisis de capacidad potencial ante la demanda creciente de recursos que vemos día a día.
Esto es porque los dispositivos IdC se utilizan en una amplia gama de aplicaciones, que van desde la automatización del hogar (los dispositivos con IdC se pueden utilizar para controlar el clima, las luces y otros aparatos del en el hogar; por ejemplo, un termostato inteligente puede ajustar la temperatura del hogar automáticamente según la hora del día o la ubicación de los ocupantes), hasta el cuidado de la salud, porque los dispositivos IdC se emplean para recopilar datos sobre la salud de las personas; así por ejemplo, un monitor de actividad puede rastrear la frecuencia cardíaca, los pasos y otros datos de salud.
Los dispositivos con internet de las cosas se pueden usar para rastrear la ubicación de productos y activos. Por ejemplo, un rastreador GPS puede mostrar la ubicación de un paquete en tránsito. Así mismo, en las "ciudades inteligentes", los dispositivos IdC se pueden utilizar para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de las ciudades; sensores pueden recopilar datos sobre el tráfico, la calidad del aire y otros factores. Y todo esto no es ciencia ficción sino una realidad creciente en todo el mundo.
Esto trae otro desafío: proteger al sistema de virus, gusanos, troyanos y hackers, que pueden atacar a toda la red y afectar su funcionamiento. Las grandes empresas de computación, informática y telecomunicaciones tienen mecanismos y personal activos permanentemente para rastrear, evitar y corregir estos problemas que pueden resultar catastróficos, Hoy en día el mecanismo de protección cibernética que se desarrolla es el mayor del mundo, a fin de garantizar que no colapsen nuestros servicios. El uso de los procesos con inteligencia artificial están ayudando mucho en este sentido.
Sin duda la internet de las cosas tiene el potencial de transformar muchas industrias y aspectos de nuestras vidas. A medida que la tecnología continúe desarrollándose, es probable que veamos más y más aplicaciones innovadoras de esta sorprendente megaestructura digital.
No hay comentarios:
Publicar un comentario