En otras entradas de este blog he tocado el tema de la internet de las cosas (IdC o en inglés, Internet of Things, IoT), pero es un tema que siempre cobra vigencia cuando se estudia el ciberespacio, la Web y nuestra realidad tecnológica y comunicacional actual. Por lo tanto, aquí lo vuelvo a desarrollar en varias entradas (ver: https://ciberestetica.blogspot.com/2014/12/la-internet-de-las-cosas.html).
En principio podemos decir que la internet de las cosas consiste en una red de dispositivos físicos, llamados "cosas", que están conectados a internet y pueden recopilar y compartir datos. Estos dispositivos pueden ser tan pequeños como un sensor o tan grandes como un automóvil. La IdC representa un concepto general que define la capacidad de los dispositivos conectados a la red para "percibir" y "recopilar" datos del mundo que nos rodea y lego compartirlos vía internet, enviándolos a donde sean útiles o necesarios, para su procesamiento y utilización con fines diversos.
En la transformación las redes y conexiones vemos que la IdC es el actual paso de natural crecimiento que ha tenido la tecnología digital. Internet primero conectó a las computadoras, luego conectó a las personas y ahora está conectando a las cosas. Con "cosas" nos referimos a cosas físicas u objetos que nos rodean, sean estos automóviles, electrodomésticos, muebles o ropa, pasando también por sensores en fábricas, semáforos, alimentos en supermercados o productos en tiendas y almacenes.
Así entendemos que la internet de las cosas es en realidad el proceso que permite conectar los elementos físicos cotidianos a la internet: desde los objetos domésticos comunes, como las bombillas de luz, hasta los recursos para la atención de la salud, como los dispositivos médicos; las prendas y los accesorios personales inteligentes; e incluso los sistemas de las ahora llamadas ciudades inteligentes. Los dispositivos de la IdC que se encuentran dentro de esos objetos físicos suelen pertenecer a una de estas dos categorías: son interruptores (es decir, envían las instrucciones a un objeto) o son sensores (recopilan los datos y los envían a otro lugar). Con este concepto se hace referencia a los sistemas de dispositivos físicos que reciben y transfieren datos a través de las redes inalámbricas, con poca intervención humana. Es posible gracias a la integración de dispositivos informáticos en todo tipo de objetos.
Esto significa, por ejemplo, que se puede elegir cualquier objeto habilitado para este sistema y conectarlo de manera que se pueda interactuar de muchas maneras con él. Con el desarrollo de la inteligencia artificial esta capacidad se está potenciando cada vez más. En la siguiente publicación veremos múltiples casos de esta tecnología y cómo está transformando, casi sin darnos cuenta, nuestra forma de vida cotidiana.
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