domingo, 5 de febrero de 2023

Semiosis ilimitada

¿Qué es la semiosis ilimitada? El primero que propone este concepto es el semiótico y filósofo estadounidense Charles Sanders Peirce (1839-1914), quien de partida define a la semiosis como aquel proceso mediante el cual un sonido, objeto, marca o convenio se convierte en signo, entendiendo a este como "algo que está en lugar de otra cosa". La semiosis entonces se trata de un proceso que involucra una serie de elementos, porque los signos no son objetos dados de antemano, sino que cualquier cosa puede funcionar como un signo si establecen las relaciones pertinentes exigidas, a saber, la referencia a un objeto y su interpretación. No hay que olvidar que Peirce entiende que un signo tiene tres componentes: el representamen, el objeto y el interpretante. En este modelo semiótico para que algo funcione como signo debe ser requisito indispensable la existencia de estos tres elementos que ocupan desde el punto de vista lógico el lugar de un primero, un segundo y un tercero respectivamente (ver https://ciberestetica.blogspot.com/2017/10/el-signo-para-peirce.html). Ahora bien, la semiosis resulta ser, al final, un proceso ilimitado. ¿Qué significa eso?

Peirce dice que la semiosis ilimitada es cuando todo signo interpreta a otro signo y su condición fundamental consiste en esta regresión al infinito. Lo concibe como el fenómeno por el cual un signo da origen a otro. Por ejemplo, una palabra define a otra y esta a otra, y así de manera infinita. O bien una imagen está compuesta de otras imágenes, que a su vez están compuestas de signos, símbolos, señales, que son íconos, que están compuestos por unidades gráficas visuales, que se van sumando y componiendo en otras imágenes. En otras palabras, la semiosis ilimitada implica el dinamismo del modelo que se refleja en la posibilidad de continua referencia de unos signos a otros, aunque efectivamente, en el momento de uso del signo, esa semiosis ilimitada no se realice obligatoriamente. Otro buen ejemplo es el del diccionario: se busca el significado de una palabra y esa definición usa a su vez otras palabras, mismas que tienen también sus propias definiciones, que requieren de otras palabras para ser definidas y así sucesivamente, lo que lleva a una secuencia ilimitada, casi infinita.  

Varios teóricos de la semiótica has estudiado este fenómeno, notablemente Umberto Eco, quien destaca que la simplicidad de la semiosis, que establece la relación entre representamen, objeto e interpretante, es de una simple apariencia: parte de su complejidad se pone de relieve al indicarse que toda semiosis determina una nueva relación sígnica, al menos en principio, lo cual lleva a una cadena sinfín de posibles relaciones de signos y significados. Eco dice que la categoría de "interpretante" es imprecisa y eso la hace pura. Esta categoría (la posible interpretación) muestra desplazamientos continuos, donde un signo refiere a otros o a cadenas de signos, que pueden no tener fin. Y añade que las unidades culturales se explican a través de entidades semióticas. Existe una circularidad, que es condición normal para el proceso de significación y esto permite que los signos se puedan usar para referirse a cosas. Es decir que la semiosis ilimitada es "circular". Al final, como en una circunferencia enorme, se termina donde se comienza. Solo que ese inicio y final puede ser ilimitado. Esa es la riqueza de nuestros lenguajes humanos.

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