jueves, 9 de junio de 2011

Los 12 edificios (12): La Villa Savoye

El último de las 12 edificios escogidos por mi como trascendentales para la estética de la arquitectura en la historia es una casa. Tan impactante como la Villa Rotonda o la Villa Katsura: la Villa Savoye. Esta residencia ubicada en Poissy, Francia, esprobablemente el edficio más representativo del movimiento moderno y sus ideas, tal vez más aún que los edificios de Frank Lloyd Wright, Walter Gropius o el mismo Mies van der Rohe. Es la obra que convierte a Le Corbusier en el máximo conceptualista de la modernidad.


Charles Edouard Jeanneret-Gris (1887-1965), conocido como Le Corbusier, nacido en Suiza, pero nacionalizado francés, era, para 1929, un joven y destacado arquitecto, que ya tres años antes había públicado un polémico texto, "Los cinco puntos para una nueva arquitectura", y que tenía con su hermano un taller en París que había presentado novedosísimos proyectos. Es por esto que la familia Savoye le encomienda el diseño de una casa de descanso en las afueras de París, en Poissy, a una hora de la capital francesa. Aprovechando los recursos disponibles, y la "luz verde" que le dieran sus propietarios, Le Corbusier va a aplicar todas sus ideas e innovaciones en el proyecto, y entre 1928 y 1929 se dedica a desarrollar el edificio que le daría notoriedad internacional.


La Villa Savoye, o Saboya, en español, tiene como novedad que la parte principal de la vivienda (salón, comedor, cocina, dormitorios y baños) está ubicada en el primer piso, mientras que la planta baja está ocupada por el hall de entrada y las dependencias de servicio. Cuenta con un garaje capaz de albergar 3 automóviles de la época, algo que fue un hito para la historia de la arquitectura y un gran adelanto para su tiempo. La cubierta es lisa y en ella se encuentra un pequeño jardín. La planta baja está determinada en gran parte por el movimiento de un automóvil que entre al edificio. Este movimiento también determina la estructura, basada en una malla octogonal de pilares de hormigón distantes entre sí 4,75 metros unos de otros. Esta red conforma una planta cuadrada de 23,5 m de lado, sobre la que se asienta la casa.


Esa planta baja tiene una forma curva que destaca el movimiento y la influencia de los automóviles en la misma. En un costado, ocupando aproximadamente un 25% de la planta, se encuentra el garaje, sustituyendo el espacio que antiguamente ocupaban las cuadras y caballos. En la parte frontal y próxima a la entrada rodada se encuentra la entrada peatonal, frente a la cual se abre un hall que cuenta con dos elementos principales: una rampa que recorre de abajo a arriba todo el edificio y que constituye su eje conductor, proplongando este movimiento desde fuera hacia dentro, y una escalera de caracol. Todo el interior del recibo se encuentra pintado de blanco, lo que representa el interés de Le Corbusier por la higiene en una época en el que las ciudades sufrían las consecuencias de la sobrepoblación en forma de epidemias, y plasmando el importante descubrimiento de la vida microbiana en todas partes, incluyendo el interior de las viviendas. Este punto también se ve resaltado en la profusión de aseos y retretes en el interior de la casa, aparentemente muy superior a las necesidades, y aprovechando el agua corriente con la que se contaba. Más alejados de la entrada aparecen tres habitaciones para invitados y servicio.

El piso superior, por su parte, es de un gran dinamismo, y el hecho de estar sobre "pilotes" hace que las habitaciones tengan una hermosa vista a los jardines. El lenguaje formal utilizado semeja al de la cubierta de un barco, con barandas blancas metálicas, y aperturas como claraboyas rectangulares. Es una estructura funcional, pero con una gran calidad estética. Le Corbusier hablaba de una "máquina para vivir", pero en este caso es también un sueño para habitar. En su momento fue una expresión de máxima vanguardia.

Terminada a fines de 1929, fue utilizada hasta 1940, cuando al invadir Francia los alemanes, fue abandonada por sus dueños, quedando en manos de los nazis. Luego sufrió un gran deterioro, tanto que hasta se pensó en demolerla, pero afortunadamente en los años 1960 se la declaró de valor histórico y cultural, y se reparó. Durante los años 1980 y 1990 se reacondicionó varias veces, y desde ese entonces es un museo de la obra de Le Corbusier. Dese que las fotografías de la Villa Saboya ocuparon las páginas de los libros de arquitectura del Siglo XX, se convirtió en un referente para las siguientes generaciones de diseñadores. El lenguaje formal, el uso de los materiales, la implantación, su estructura, la combinación de planos y rampas, los ventanales y los servicios, y esa geometría tan especial, inspiró sin duda a todo el movimiento moderno. Por eso para mí, es tan trascendental.


Vista de la Villa Saboya por Le Corbusier

La Fachada que da al acceso de la calle

Vista aérea con su implantación en el terreno actualmente

El plano de la planta de acceso

Planta del primer piso

Plano de la terraza


La rampa interna

Interior de la terraza

Vista de la rampa al techo

Interior con la escalera de caracol

Para concluir, una imagen digital de la Villa Savoye, hito de la modernidad vista desde el digitalismo

No hay comentarios:

Publicar un comentario