miércoles, 30 de mayo de 2018

El prisma y el arcoíris

De los fenómenos relacionados con la luz y el color más conocidos, la descomposición de un haz luminoso a través de un prisma en su espectro cromático, es el más relevante. Y seguramente el más atractivo. Esta descomposición, que se da cuando la luz sufre una difracción y se separa en sus colores compositivos, se conoce también como dispersión. La dispersión de la luz es un fenómeno que se produce cuando un rayo de luz blanca atraviesa un medio transparente (por ejemplo un cristal) y se refracta, mostrando a la salida de este los respectivos colores que la constituyen.

Esa fragmentación o dispersión tiene su origen en una disminución en la velocidad de propagación de la luz cuando atraviesa el medio. Debido a que el material absorbe y reemite la luz, cuya frecuencia es cercana a la frecuencia de oscilación natural de los electrones que están presentes en él, esta luz se propaga un poco más despacio en comparación a luz de frecuencias distintas. Lo cual hace que se observen fragmentos de la luz en haces cromáticos. En este sentido, el más famoso experimento de demostración de esa descomposición es el realizado en el siglo XVII por el científico inglés Isaac Newton: el del prisma triangular y el haz de luz.  

Cuando se hace pasar un rayo de luz blanca por las caras de un prisma triangular, ésta se subdivide y muestra su composición interna: un arcoíris completo. Newton supuso que los siete colores que se veían formaban el alma de la luz, es decir, su spectrum. Los siete colores visibles eran el amarillo, el naranja, el rojo, el verde, el azul, el índigo y el violeta. Con el tiempo se demostró que eran realmente seis colores los básicos que conformaban todos los demás, porque el índigo en realidad es una zona de transición del azul al violeta, y la suma de esos seis colores recomponían la luz blanca. 

El científico Thomas Young (Inglaterra, 1773-1839) llegó a demostrar que en realidad bastaban sólo tres colores básicos para recomponer la luz blanca: el anaranjado, el verde y el violeta. Éstos fueron llamados colores primarios luz, y son la base de toda la composición cromática de iluminación. Es el conocido modelo RGB. De ahí en adelante se ha desarrollado toda una teoría y una práctica sobre el uso y significación de los colores luz, que ha llegado a nuestras días con cada vez más relevancia, por el uso de todo tipo de pantallas que trabajan con iluminación propia, y presentan una gama extraordinaria de tonalidades. Es el arcoíris electrónico que hoy nos acompaña.





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