sábado, 27 de febrero de 2021

La estética semiótica de C.S. Peirce (1)

En un muy interesante texto de 2006, titulado justamente La estética semiótica de C.S. Peirce, la profesora brasileña, Lucía Santaella, docente en la Universidad Católica de San Pablo, se hace un análisis del tema de la estética tratado en las trabajos del filósofo y semiótico estadounidense Charles Sanders Peirce (1839-1914). Ella hace, en primer término, un recuento de los diferentes estudios que algunos autores han hecho sobre el tópico de la semiótica en Peirce, para luego ella misma hacer su consideración del asunto. 

Separa a aquellos autores que abordan una posible aportación a la estética por Peirce en dos grupos: los que ven sus propuestas como parte de una disciplina filosófica, que resulta integrada a las ciencias normativas (estética, ética y lógica); y los que hacen una interpretación posible pero no estricta: tratando de extraer de la fenomenología peirceana una posible teoría estética. Este segundo grupo tomó aquellos fragmentos que consideraron sugestivos en la obra de Peirce y buscaron la construcción de una estética semiótica que parecía evidente, pero en realidad es una suma sin coherencia de problemas mencionados por Peirce.

En este sentido, uno de los teóricos que hace una interpretación de alguna manera equivocada pero interesante de los postulados de Peirce, según Santaella, es Oliver Hocutt, quien, basado en tres premisas (1-el arte como ícono; 2-la belleza como Kalós -moral, nobleza, bondad- universal; 3-la significación de lo bello como interpretante emocional), sostiene que si el signo estético es un signo, su objeto solo puede ser la belleza y el efecto que ésta produce, el interpretante emocional. Hocutt usa los componentes triádicos peircianos (representamen, objeto, interpretante) de forma un tanto distorsionada para que entren en su modelo. Dice Santaella que aunque los equívocos son evidentes, la propuesta apunta para algunas cosas substanciales, como la importancia del papel desempeñado por el ícono en la constitución del signo estético, la apertura o ambigüedad del objeto de ese ícono y el énfasis puesto en la fenomenología como base para la estética. La autora pasa entonces a analizar las ideas de otros teóricos en esta dirección, cosa que veremos en las próximas publicaciones.

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