En su libro, Introducción a la estética, que ya he citado anteriormente, William Charlton afirma con relación a la perceptibilidad y los sentidos:
"Respecto de las expresiones con las cuales nos referimos a los objetos propios de los distintos sentidos, algunas son definidas y otras indefinidas. Expresiones definidas son, por ejemplo, "rojo", "turquesa", tono en Mi menor", "suave como un susurro", "con perfume de rosas", "sabor de naranja", "sedoso", "helado". Estas se pueden llamar propiamente expresiones de cualidades perceptibles. Las indefinidas son: "pálido", "moreno", "brillante", "opaco", "fuerte", "suave", "alto", "bajo", "dulce", "agrio", "caliente", "frío". Estas no son tanto expresiones de cualidades perceptibles como expresiones aplicadas a cosas sobre la base de que, en sus cualidades perceptibles, exceden o caen fuera de alguna norma. Hay tres clases de normas. La primera es el promedio: una naranja dulce es más dulce que el promedio. La segunda es lo mejor para cada cosa: cuando afirmamos que alguien está pálido queremos decir que queda fuera del grado de color más saludable. La última se refiere a lo que es mejor para percibir; concentrémonos en esta última posibilidad".
Esta idea de cualidades perceptibles se puede asociar también al concepto de "Qualia", desarrollado por Etienne Souriau, que ya he explicado antes en el blog (ver la etiqueta). Pero también la idea de perceptibilidad puede tener otras aproximaciones prácticas, que veremos en la siguiente entrada.
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