lunes, 13 de agosto de 2018

Signo insubordinado

Nelly Richard es una escritora y teórica literaria chilena, de origen francés (nacida en 1948), dedicada al estudio de las manifestaciones culturales desde el punto de vista de la crítica, en Chile y en Latinoamérica en general. Es autora del libro La insubordinación de los signos, de 1994, en el que, entre otros planteamientos, destaca el signo cuestionador de la crítica cultural como instancia de reflexión, que deconstruye la perspectiva universalizadora de las disciplinas políticas y sociales, y pone en tensión saberes académicos y prácticas sociales. Es un análisis del polémico significado de las diferentes estrategias de los discursos: los de la cultura militante de izquierda, los de la neovanguardia estética finisecular y los de las ciencias sociales. 

Ella invoca la necesidad de repensar la cultura crítica en un espacio donde tienden a darse nuevas formas a los signos, instalándose éstos como elementos represivos. Los signos (sus significados) responden a un orden exitosamente "postdictatorial y mercantilizado, de hiper-transparencia, de nueva racionalización económica de los sujetos y de profesionalismo administrativo en el campo del poder". Trabaja entonces el concepto de cultura crítica, y cómo los signos deben dejar de subordinarse a los valores e intereses de la dominación económica y social. Tomando como ejemplo al Chile post Allende, postula un análisis válido para toda Latinoamérica, donde resalta la manera cómo las metáforas simbólicas (textos, comunicación, imágenes) refuerzan ciertos condicionamientos, más allá del conocido análisis ideológico del marxismo clásico. 

Feminista declarada, Nelly Richard desmenuza el lenguaje mediático para descomponer sus modelos, y propone que el signo debe insubordinarse del mensaje que las formas de dominación cultural le han impuesto. Cita a Walter Benjamin ("La continuidad de la historia es la de los opresores (...) la historia de los oprimidos es una discontinuidad"), y toma como base algunos de sus postulados para sustentar su análisis en lo que ella llama "constelaciones plurales de significaciones dispersas", de manera de entender el cómo se manejan los signos y símbolos en las realidades latinoamericanas del final del siglo XX.

Si bien el texto en su momento se refería a una realidad específica, el libro sobrepasa el simple análisis crítico y trasvasa el asunto de lo semiótico a lo político, y cobra importancia hoy donde el campo estético y simbólico es un espacio en el que las luchas ideológicas, sociales y políticas se revelan con una nueva intensidad, avaladas por la revolución tecnológica y mediática que imperan en el mundo globalizado contemporáneo.   


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