lunes, 29 de abril de 2019

Multipotencialidad Siglo XXI (2)

En la entrada anterior, hice la introducción a la noción de "multipotencialidad", un concepto desarrollado por Emilie Wapnick, basado en su libro Cómo ser todo, de 2017. Por experiencia supo que podía hacer muchas cosas, y en vez de frustrarse por no tener una vocación definida (y única), aprovechó esa circunstancia para enfrentar distintas actividades con otra óptica. Llegó a la conclusión de que es válido tener inclinaciones dispersas -incluso opuestas- y utilizarlas en trabajos creativos.  

De partida establece que hay dos formas de personas con multipotencialidad: los Generalistas y los Polímatas. Generalistas son aquellos que saben mucho sobre varios temas, pero con mediana profundidad, que son buenos para trabajos de producción, gerencia o comunicación. Los Polímatas, por otra parte, son los más creativos y que se enfocan en profundidad en las áreas que les interesan. En este caso, puede suceder que se apasionen por un tema y se sumerjan en él hasta dominarlo, pero luego se aburran y encuentren una nueva disciplina que exploren,  abandonando la anterior. En ambos casos (bien sea por desinterés o por aburrimiento), puede que tanto los Generalistas y los Polímatas se sientan frustrados, al sentir que no logran metas determinadas. Aquí la presión social puede ser un factor negativo: "¿De nuevo vas a empezar otra cosa?". "¿Por qué no sientas cabeza?". También influye aquel dicho: "Es un mar de conocimiento pero con un centímetro de profundidad". Ninguna de estas cosas debemos permitir que nos afecten. Para ello es importante comprender que esas múltiples potencialidades pueden ser muy positivas, antes que negativas. 

Wapnick señala que los sistemas educativos se han universalizado para formar personas adaptadas al mundo laboral. Desde la Revolución Industrial, los procedimientos están diseñados para que las personas se focalicen en determinadas tareas. Es difícil entonces el panorama para aquellos que no ser ven a sí mismos como empleados que estarán décadas en un mismo trabajo. El mundo actual (y su educación) atenta contra las multipotencialidades, y sobre esa afirmación es que hay que enfocar las nuevas vocaciones, impidiendo la frustración que la rutina implica. Sobre este nuevo enfoque tratará la próxima publicación.  


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