miércoles, 24 de julio de 2019

Algo sobre lo bello en Spinoza

Si bien el filósofo holandés Baruch Spinoza (1632-1677) no dedica mucha atención al problema de la belleza y de lo bello, su aproximación hacia el tema de Dios y la naturaleza de alguna manera lo guían hacia una observación de lo que es estético. El pensamiento de Spinoza es contrario a la concepción objetivista de la belleza, según la cual la belleza o la fealdad serían cualidades objetivas de las cosas. Dice:
"Si el movimiento que los nervios reciben de los objetos captados por los ojos conviene a la salud, los objetos por los que es causado se llaman bellos; y feos, en cambio, los que producen el movimiento contrario... los que afectan al oído, se dice que producen ruido, sonido o armonía... Todo lo cual deja bien claro que cada uno ha juzgado de las cosas según la disposición de su cerebro o que más bien ha tomado las afecciones de la imaginación por cosas". 
Esto significaría que a las cualidades de belleza o fealdad habría que entenderlas como huellas de la voluntad divina o humana que ha creado las cosas a las que pertenecen. Spinoza rechaza esta posibilidad explicativa. La belleza no es tanto una cualidad del objeto observado, cuanto un efecto sobre el observador. Los argumentos que Spinoza expone van dirigidos a defender esta posición de que la belleza es un efecto y no algo susceptible de ser estudiado en abstracto.

Realmente Spinoza no se dedica mucho al tema de la estética, porque no será sino hasta el siglo siguiente que sea analizada como una parte propia de la filosofía, con Baumgartner y Kant. Pero dada la influencia que su pensamiento tuvo en muchos filósofos, vale la pena asomar esta aproximación a su opinión sobre lo bello, dentro de su visión de Dios y naturaleza. 

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