En principio podemos afirmar que sí hay un arte IA si lo entendemos como la intersección entre la creatividad humana y la tecnología de inteligencia artificial. En este ámbito podrían englobarse obras de arte creadas mediante el uso de algoritmos de inteligencia artificial, aprendizaje automático y otras técnicas computacionales. La IA puede utilizarse para generar imágenes, música, composiciones literarias, esculturas e incluso experiencias interactivas. Siempre, hasta ahora, con la intervención de un humano usuario.
Aceptando esto, ¿cómo funciona el arte de IA? Existen diversos métodos para crear arte con IA, con distintas aproximaciones hoy en día. Por ejemplo la síntesis de imágenes, en la que la IA analiza grandes conjuntos de datos de imágenes existentes y aprende patrones y relaciones entre ellas. Luego, utiliza este conocimiento para generar nuevas imágenes originales, ya sea imitando estilos artísticos específicos o creando algo completamente nuevo.
Tenemos también la programación creativa, porque los artistas pueden programar computadoras para generar arte de manera autónoma, estableciendo reglas y parámetros que la IA sigue para crear obras únicas. O más recientemente las redes neuronales generativas, como las redes adversarias generativas (GAN), que son entrenadas con grandes cantidades de datos para aprender a crear nuevas obras que sean indistinguibles de las creadas por humanos.
Aquí surge un problema ético: si los artistas, en lugar de trabajar con su propia obra, usan las IA generadoras de imágenes sin autorización, están atravesando un área borrosa en el campo de los derechos de autor. Algunos sistemas utilizan bases de datos públicas sin fines de lucro, que incluyen millones de imágenes de internet protegidas por derechos de autor. Cuando la IA las utiliza, se atenta contra la propiedad intelectual de los creadores, ya que las imágenes se emplean sin consentimiento, compensación económica ni reconocimiento de autoría.
Así, el Arte IA está desafiando las nociones tradicionales sobre la creatividad, la autoría y el valor del arte. Plantea preguntas interesantes sobre el papel de la tecnología en la expresión artística y el futuro del arte en sí mismo, a la vez que presenta problemas éticos aún poco definidos. Es todo un tema que recién se está perfilando, lo cual representa todo un reto en distintos espacios de la cultura y la sociedad contemporánea.
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