En la publicación anterior definimos lo que se entiende por teorías normativas de la comunicación, dejando en claro que no hay una única aproximación a este planteamiento, sino que las teorías pueden ser vistas desde varias perspectivas. Para entender esto mejor, podemos ver algunos ejemplos de teorías normativas.
La teoría de la responsabilidad social. Los medios tienen la responsabilidad de servir al interés público y deben cumplir ciertas funciones sociales. Esto, que no es un mandato, puede ser visto como una prioridad y una necesidad.
La teoría de los cuatro poderes. Los medios de comunicación actúan como un cuarto poder, independiente de los otros tres (legislativo, ejecutivo y judicial), y tienen la responsabilidad de vigilarlos. Ciertamente, hay países donde estos poderes se multiplican o se fusionan, pero en todo caso es innegable el poder que los medios masivos han adquirido en las últimas décadas.
Hay otros planteamientos que se enfocan en distintas facetas de la comunicación, como veremos más adelante en otros posts. Ahora bien ¿por qué son algunas de estas son controvertidas? Un punto que se les cuestiona es la subjetividad. Los ideales y estándares que proponen estas teorías pueden ser considerados subjetivos y difíciles de consensuar. Otro es el idealismo: a veces se les señala de ser demasiado idealistas y de no tener en cuenta las realidades comerciales y políticas de los medios. También tenemos la dificultad de aplicación. En la práctica, puede ser difícil aplicar estos principios de manera rigurosa.
En resumen, las teorías normativas de la comunicación son un conjunto de ideas que buscan mejorar la calidad de la comunicación y garantizar que los medios cumplan con su función social. Aunque son importantes, también son objeto de debate y discusión. En las siguientes publicaciones se verán algunas de estas teorías aplicadas a diferentes realidades sociales y mediáticas.
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