En la publicación anterior, haciendo referencia al Test de Turing, terminé hablando de las llamadas inteligencia artificial fuerte e inteligencia artificial débil, como una forma de clasificar el desarrollo de estas tecnologías. La distinción entre IA débil e IA fuerte es fundamental para entender el estado actual de la tecnología y sus aspiraciones futuras.
La inteligencia artificial débil, también llamada inteligencia artificial estrecha, se refiere a sistemas de IA diseñados para realizar tareas específicas y limitadas, sin poseer conciencia ni una comprensión genuina. Estos sistemas son muy buenos en una función concreta, como asistentes virtuales (por ejemplo, Siri), filtros de spam, chatbots o sistemas de recomendación, pero no pueden realizar tareas fuera de su ámbito predefinido.
Esta es la única forma de IA que existe hoy en día. Se refiere entonces a sistemas de inteligencia artificial que están diseñados y entrenados para realizar una tarea específica, o un conjunto muy limitado de tareas. Son "expertos" en su área, pero no tienen inteligencia general ni conciencia. Veamos una analogía: es como una calculadora humana superpotente. Puede ser increíblemente buena para calcular, pero no puede entablar una conversación, reconocer un rostro o conducir un coche.
Su objetivo es simular la inteligencia humana para una función concreta, no poseerla. Como ejemplos tenemos los asistentes virtuales como Siri, Alexa o Google Assistant; loss sistemas de recomendación de Netflix, Spotify o Amazon. Los motores de búsqueda avanzados como Google. Los carros autónomos (que perciben el entorno y conducen, pero no hacen otra cosa). Y los más notables hoy, los Chatbots como ChatGPT o Gemini. Aunque parecen muy versátiles, su funcionamiento se basa en predecir y generar lenguaje a partir de patrones en datos masivos. No "comprenden" el mundo como un humano.
Por otro lado, la inteligencia artificial fuerte es un concepto teórico y futurista que se refiere a una IA con conciencia, autoconciencia y comprensión equivalente a la inteligencia humana. Esta IA podría aprender, razonar y aplicar conocimientos a cualquier tarea intelectual que un humano pueda realizar. A diferencia de la IA débil, la IA fuerte no solo simula inteligencia sino que sería verdaderamente inteligente. Sin embargo, esta IA aún no se ha logrado y está muy lejos de ser desarrollada.
Es decir, esta es una forma de inteligencia artificial que, hasta ahora, es hipotética y no existe. Es el concepto que se ve en la ciencia ficción. Se refiere a una máquina que poseería una inteligencia igual o superior a la humana, con la capacidad de entender, aprender y aplicar su inteligencia para resolver cualquier tipo de problema, tal como lo haría una persona. Tendría razonamiento, autoconciencia y sentido común. Sería como crear un cerebro humano artificial. Si le presentas un problema nuevo (por ejemplo, arreglar un grifo que gotea), podría entender la situación, aprender de manuales o videos, y aplicar su conocimiento para solucionarlo, aunque nunca lo haya hecho antes. Su objetivo será replicar la inteligencia humana de forma completa y autónoma.
Podemos tomar algunos ejemplos de la ficción: Data de Star Trek, Samantha de la película Her, Wall-E (en términos de su curiosidad y capacidad de aprendizaje emocional). Los robots de Asimov, los androides conscientes de Westworld. En resumen, la IA Fuerte sería una mente artificial con capacidades cognitivas universales.
Si hacemos una comparación tenemos que IA Débil (Narrow AI) existe hoy, es la tecnología actual; en tano la IA Fuerte (AGI) no existe aún, es un objetivo teórico. La capacidad de la primera está especializada en una tarea o dominio en tanto la segunda sería general, adaptable a cualquier tarea. El funcionamiento de la IA débil encuentra patrones en datos para realizar su función, en tanto la IA fuerte entendería, razonaría y aprendería como un humano. Una no tiene conciencia, ni autoconciencia, la otra se supone que sí tendría autoconciencia. Un ejemplo: la primera presenta un sistema que gana al ajedrez. La segunda desarrolla un sistema que aprende a jugar al ajedrez en una tarde y te explica por qué le gusta el juego.
El concepto de IA Fuerte a menudo va ligado a la idea de la Singularidad Tecnológica. Esta es la hipótesis de que, una vez creada una IA Fuerte, esta podría ser capaz de automejorarse recursivamente, creando inteligencias cada vez más potentes a un ritmo incontrolable y acelerado, lo que cambiaría la civilización humana de forma impredecible.
Cuando hablamos de IA en las noticias, en nuestros teléfonos o en el trabajo, siempre nos referimos a IA Débil. La IA Fuerte es un desafío científico y filosófico fascinante que, de lograrse, marcaría un antes y un después en la historia de la humanidad, pero por el momento sigue en el terreno de la investigación teórica y la especulación.
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