domingo, 13 de abril de 2014

Imágenes corpóreas

Este grupo representa una forma especial de imagen, pues aquí se incorporan aquellos objetos que siendo cuerpos sólidos, crean una realidad visible particular, partiendo de ficciones o verdades, y que representan hechos, situaciones, visiones espacios. Dos tipos se distinguen claramente: las obras escultóricas (según la denominación convencional) y las obras arquitectónicas (edificios construidos), dos casos muy particulares.

En principio, serán llamados IMAGOCORPUS, o más simplemente UN IMAGOCORPO, palabra originada por las porciones latinas imago y corpus, cuerpo, sólido, que forma parte de la tipología que se señaló previamente. Aceptando que imagen es la sustitución de una realidad por otra, la escultura cumple perfectamente con la definición. Se produce una obra que "congela" en el tiempo un cuerpo, una acción, una fantasía, y le traduce en una nueva interpretación. 




Lo complejo de este fenómeno es que la obra escultórica es tridimensional, y abarca desde el producto volumétrico hasta el relieve superficial. Sin embargo no puede ser considerada una imagen visual, pues sus características son muy diferentes. El caso de la arquitectura, por ejemplo, es un hecho muy sui generis, pues involucra el discurso espacio-temporal. Esto lo hace muy distinto de los imagramas, imagredos, imagóculos e imagositos. Tal vez el de la escultura sea más caso más sutil. Aquí sí tenemos una representación que, sobre un soporte determinado, muestra una realidad interpretada, que perdura en el tiempo y que está cargada de significados. Más aún, la escultura contemporánea, en estilos como el Op Art y el Cinetismo, se ubica próxima también a la pintura, por lo que cabría incorporarla en la categoría de las Iconografías (¿imagramas?), aunque sólidas y en tres dimensiones, o por lo menos con volumen físico. Peor aún las obras de Damien Hirst que son vacas o tiburones o cuerpos segmentados conservados en formol u otros químicos, e incluso cuerpos enteros de animales y hasta incluso de humanos como las que ha manipulado Gunther Von Hagens, que ya son difíciles de definir incluso como arte en este siglo XXI.



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