miércoles, 13 de febrero de 2019

Símbolos vivos, símbolos muertos

La psicóloga suizo-alemana, Jolande Jacobi (1890-1973), es recordada por su labor con Carl Gustav Jung y sus escritos sobre psicología junguiana. Una de las cosas en las que más trabajó fue en los arquetipos y símbolos en la psicología de Carl Gustav Jung. Tras diferentes interpretaciones, ella ofrece una división de los tipos de símbolos sociales que son capaces de comunicarnos estados psíquicos.

Es así que ella habla de símbolos vivos y símbolos muertos, en el entendido que un símbolo es más que un signo y trasciende la simple relación significado-significante. Como para Jung un símbolo no era un signo que remite a una realidad significada sino que es, en sí mismo, una realidad operante, Jacobi propone esa división dual. Ello en función de su permanencia colectiva.

La distinción es que un símbolo puede considerarse vivo si es comprendido y reconocido, pero no penetrado y vaciado. Es decir, cuando no se le ha descarnado de contenido. Por su lado, un signo que ya no es comprendido, o no tiene valor para su comunidad, se considera degradado y muerto. Esto se puede aplicar, en los lenguajes por ejemplo, a aquellas palabras que han perdido su sentido o utilidad. Asimismo se aplica en la comunicación visual cuando un símbolo ya no es entendido por quienes deberían usarlo. 

Un símbolo no comprendido da lugar, según Jacobi, a una disociación psíquica en tanto se plantea como una alternativa insoportable al yo del mensaje. El mundo digital cibernético construye y desecha a gran velocidad símbolos de todo tipo, lo cual a veces dificulta una fluida comunicación entre los YO y los ELLOS.  La vida y muerte de los símbolos. 

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