domingo, 10 de enero de 2021

Tantra y estética

Tanto en el hinduismo como en el budismo, el concepto de Tantra tiene un lugar especial, porque es parte de una doctrina que impulsa la búsqueda del sí mismo, a través de la verdad. De hecho el Tantra (que significa "trama"), es en definitiva una filosofía que busca la forma de llegar a la verdad, más que descubrir la verdad misma. La idea central es la bondad humana, siendo que el cuerpo del hombre no es una prisión para el alma sino un potenciador del espíritu. Por esto, esta modalidad de pensamiento está ligada al conocimiento del cuerpo, para impulsar la bondad. Esto está ligado a formas de cuidado, placer y vitalidad. Por este motivo, todo lo que tiene relación con el cuerpo debe ser estudiado, como la energía sexual. Claro, hoy en día se ha tergiversado un poco esta concepción, lo que se conoce como "sexo tántrico", ha sido explotado indiscriminadamente, banalizando y trivializando un sentido que originalmente está más bien visto como trascendente y espiritual. 

Son muchos los aspectos que, a partir del Tantra, han sido desarrollados: el yoga, el sistema de chakras, los mithuna eróticos o los mantras. En la India, se interesan especialmente en la sensibilidad, y utilizan el arte para cultivarla. Se reconoce que la emoción y las sensaciones son las fuerzas que más motivan al ser humano, y que, debidamente encauzadas, pueden generar una energía que contribuye a alcanzar estadios superiores de conciencia y alma. Este nivel extático es tanto sensual como místico, y se enlaza con lo estético. 

En ese sentido, una clara relación con el Tantra tienen los mandalas, dibujos geométricos en los que la mezcla de formas y colores representando a la deidad y el cosmos son empleados como herramientas para la meditación, gracias a que se les asigna un poder trascendental. Hay ciertas diferencias entre la aproximación budista y la hinduista, pero en ambos casos está presente un fuerte significado simbólico de los actos y las cosas, y tiene una fuerte construcción semántica sensorial, con fuentes de energía masculina y femenina cargadas de significación trascendental. Lo importante es ver estas ideas desde la óptica propia de su milenaria tradición y no desde la visión posmoderna y hedonista que desvaloriza el verdadero sentido del Tantra.

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