En el campo del estudio de los signos y su estructura y funcionamiento, surge una teoría particular, formulada por el lingüista francés Claude Zilberberg (1932-2018), llamada semiótica tensiva. Esta teoría, germinada a mediados de la década de 1980 y plasmada definitivamente por su autor en el libro de 2006, Sémiotique tensive ("Semiótica tensiva"), se propone como un complemento y una extensión a la semiótica de Algirdas Greimas, introduciendo el concepto de tensión para analizar el significado de los signos y los procesos de significación.
En la semiótica tensiva el significado no se ve como algo estático y binario (presente o ausente), sino como algo dinámico y gradual que se construye a partir de diferencias tensivas. Estas diferencias son aquellas que no son absolutas, sino que presentan gradaciones y matices. En este caso se produce la convergencia semiótica entre la tensividad y las pasiones.
Zilberberg llegó a esta teoría partiendo de una gramática tensiva, en la que se articulan intensidad (fuerza afectiva) y extensidad (alcance de los hechos) y, al mismo tiempo, a una gramática "de la espera" que responde por la coexistencia de los conceptos antagónicos, que incluye, evidentemente, sus propios conceptos contrarios, como los de evento y sorpresa.
Con esta formulación logró combinar la diferencia y las oposiciones (característica de la semiología de Saussure) con las dependencias de designación (planteadas por Hjelmslev) y, además de esto, concibió gradaciones en el interior de ellas. En otras palabras, la semiótica tensiva introdujo "diferencias por disimetría" en el interior de las oposiciones discretas, esto es, diferencias graduales y tensivas. Esta es una idea básica aquí: los signos, las palabras, no deben verse como simples dualismos directos (significante-significado), sino como entes múltiples y progresivos, que llevan tensiones internas en su propia significación.
Esta propuesta se sitúa entre las investigaciones de punta en el complejo campo de las ciencias del lenguaje, y comprende la gramática tensiva, con énfasis en la sintaxis de la tensividad, y la semiótica tensiva propiamente dicha, que incorpora las tensiones y de alguna forma las pasiones en el sentido de lo codificado. Acá un concepto que Zilberberg utiliza es el de isotopías, para describir las redes de diferencias tensivas que operan en un texto o discurso. Este elemento lo analizaremos en la siguiente publicación.
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