Uno de los conceptos más complejos para manejar en el campo de las ciencias sociales es el de Cultura. Esto porque hay diversas aproximaciones filosóficas, dependiendo de las posturas ideológicas y espistemológicas que se asuman. Además su definición ha ido variando en el tiempo, pero todas esas distintas acepciones se mantienen y conviven, trayendo aún mayor confusión o discusión.
Según el Diccionario de la Real Academia, CULTURA es el conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico. Pero también es el "conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc." Como vemos, ya aquí se refleja una dicotomía. La palabra cultura proviene del verbo latino colere, que significa cultivar. Una forma del verbo es “cultum”, que en latín significa agricultura. El adjetivo latino “cultus” a su vez se refiere a la condición de un campo que está cultivado. Por extensión entonces con el tiempo se empezó a comparar el espíritu de una persona ruda con un campo sin cultivar y su educación con el cultivo de ese campo. Esta metáfora dio pie a hablar de cultivo del alma, o cultivo de las aptitudes propias del ser humano. En este sentido hablar entonces de un ser “cultivado” nos lleva a pensar en alguien que ha sido instruido o educado, en una “persona culta”. Esta idea de alguna forma termina siendo "elitesca", puesto que es una forma de discriminar a quienes tienen una cultura o conocimiento formal de quienes no.
Con el desarrollo de las nuevas teorías antropológicas, sociológicas y politicas a lo largo del Siglo XX, esa idea de "Cultura" fue variando, ya según los distintos puntos de vista fue tomando diferentes sesgos. Los teóricos neo-marxistas, principalmente los de la Escuela de Frankfurt (Walter Benjamin, Theodor Adorno, Max Horkheimer) establecieron los conceptos de Cultura de Masas e Industria Cultural, que han tenido gran peso conceptual en los últimos 50 años. Según Benjamin, por ejemplo, las primeras obras de arte humanas tenían un valor cultural, en el sentido de "culto", puesto que se realizaban para ser contempladas, pero en la sociedad de masas la obra adquiere un valor expositivo, para un mayor número de personas, y el que la define es el valor de uso. Es decir, aquí se incorpora la idea de CULTO (honor, admiración, homenaje, rito) y hace más complejo al término cultura desde el punto de vista humanístico. Y Adorno y Horkheimer señalan que "hablar de cultura ha sido siempre algo contra la cultura. El denominador común “cultura” contiene ya virtualmente la toma de posesión, el encasillamiento, la clasificación, que entrega la cultura al reino de la administración." Estos planteamientos son, naturalmente, muy críticos.
Por otra parte, según la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), CULTURA es "el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias." Como vemos, aquí ya se trata de abarcar muchos más factores, y se intenta de alguna manera no identificarse con posiciones políticas limitadas. Ello por supuesto no es totalmente posible, pero en principio se busca un consenso para que haya un fin común planetario en la definición de este concepto.
Un intelectual hispanoamericano como Jesús Martín-Barbero relaciona la idea de cultura con los sistemas de relaciones sociales, los medios de comunicación, la diversidad y la libertad de elección y expresión. De hecho postula la teoría de las "mediaciones", que son aquellas instancias culturales desde las cuales los significados y sentidos son producidos y apropiados por la audiencia. Las mediaciones son "ese lugar desde donde es posible comprender la interacción entre el espacio de la producción y el de la recepción." Es decir, se cambia la visión de cultura al que la recibe, percibe y apropia, en lugar de verlo desde quien la crea o produce. Y esto se relaciona fuertemente con los medios de comunicación.
Como vemos, es un tema que no se agota, y que se hace cada vez más interesante. Y la tecnología también influye en la forma como se aproxima el ser humano a la cultura. Por eso hoy tenemos también ciberculturas. Hablar de cultura es hablar de una de las manifestaciones humanas más genuinas, sea cual sea su expresión. Es ser nosotros mismos.
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