miércoles, 20 de julio de 2011

Teoría del Caos (6): Ley de lo simple y lo complejo

Retomando el tema de la Teoría de Caos, que sin duda ha transformado la forma actual de ver la naturaleza y la sociedad tanto en su comprensión como en sus manifestaciones, veremos ahora la cuarta de las leyes propuestas, que tiene que ver con la complejidad del mundo real, y cómo lo simple también es complejo. De hecho está postulada como Ley de lo simple y lo complejo, y según su planteamiento, cualquier fenómeno puede ser simple y complejo al mismo tiempo.

Un ejemplo es el movimiento: dependiendo de como se lo observe, un desplazamiento puede ser regular (un automovil yendo por una carretera en una dirección hacia un destino) o caótico (ese vehículo acelera, frena, cruza, adelanta, se detiene, se para durante una escala), y ambas percepciones coexisten y son válidas. Sin la infinita complejidad del caos, no existiría el orden simple. Un concepto importante aquí es la idea de "intermitencia", la cual implica el surgimiento de hechos "caóticos" dentro de un orden regular (por ejemplo el número Pi dentro de la secuencia de números reales), o la regularidad de un horario dentro del "caos" de la vida cotidiana. 

El azar y la aleatoriedad implican un mundo complicado. Pero la complejidad o simplicidad no están presentes en los objetos per se, sino en el modo como estos interactúan entre sí y con el observador, e incluso, un mismo objeto puede ser percibido como simple o complejo en función a la referencia que de él tenga el mismo perceptor. Aquí entonces también intervienen las ideas de subjetividad y objetividad, que como sabemos, han sido siempre motivo clave en la configuración de las ciencias. Finalmente, podemos concluír que esta ley nos confirma que lo sencillo y lo complicado, lo fácil y lo difícil, y los opuestos en general, conviven y se complementan, trascendiendo sus propias dualidades.






   

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