No estoy seguro de que el valor estético de la obra dependa de su mayor o menor espontaneidad. Yo tenía mucho más presente su autenticidad que su belleza, y la definición de 1924 da testimonio de ello: "dictado del pensamiento... fuera de toda ocupación estética o moral".
Esto se relaciona con la manera como fue evolucionando su pensamiento, sobre la base de una antropología estructuralista, de la cual es pionero.
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