viernes, 21 de septiembre de 2012

Digitalismo e Industria Cultural (6)

Los conceptos formales de Sociedad de Masas e Industria Cultural quedan establecidos fundamentalmente en los años 1940-50 por Max Horkheimer y Theodor Adorno, filósofos de la alemana "Escuela de Frankfurt", y se difunden en varios libros aparecidos en la década siguiente, entre ellos "Crítica de la cultura y sociedad" y "Dialéctica de la ilustración". Este último fue escrito en 1944 pero difundido unos 20 años después. Es aquí donde ambos desarrollan esas ideas.

Es en este marco en el que se encuentran las explicaciones de los medios de comunicación de masas como difusores de masscult y promotores de la industria cultural como tal. Señalan que la prensa, la radio y el cine, son parte de un sistema que está ligado a la reproductibilidad técnica. La tecnología ha avanzado a tal grado que la producción y reproducción de los medios a bajos costos permitió expandir los públicos y lograr así una masificación que permitiría bajar aún más los costos y elevar así los beneficios. Pero como consecuencia de esto, lo creación cultural se convierte en un objeto de consumo masivo, adaptado a este mecanismo.

Desde el punto de vista dialéctico, la industria cultural manipula, enajena y cosifica a los individuos, a través de la igualación, la repetición y la imitación. Los medios masivos terminan siendo artefactos tecnológicos que son instrumentos de dominación y parte del aparato económico capitalista; ambos convierten los valores sociales en mercancías, los cuales influyen en el comportamiento de las personas. Estas ideas se hicieron muy patentes durante los años 1960, y tuvieron una gran influencia en los análisis socioculturales y comunicacionales del mundo durante ese período clave de la "Guerra Fría".

No obstante, las posiciones de Theodor Adorno en muchos aspectos terminaban contradiciendo sus postulados, puesto que desde un punto de vista antropológico esas ideas terminaban siendo discriminatorias y clasistas. Durante la década de 1980 se revisaron estas ideas, y esto llevó a muchos ideólogos marxistas a replantearse esos postulados. La Industria Cultural, que en su momento fue visto sólo como instrumento de dominación, puede ser vista también como un nuevo lenguaje de representación de la realidad, que ayude en si mismo a combatir su propia determinación.

La tecnología de los últimos 30 años ha hecho que algunos de las críticas frankfurtianas a los medios de comunicación deban ser revisadas, y si bien es cierto es posible seguir hablando de manipulación y dominación, no es menos cierto que la multiplicidad mediática actual permite una amplitud desconocida anteriormente, y la masificación del hecho cultural se ha ido disolviendo en la segmentación e individualización de una sociedad de masas que contradictoriamente ya no es masiva sino discriminada. Con todo, hay mucho aún que discutir y validar en todas estas ideas, que por su complejidad las hacen un interesante campo de discusión en los diversos terrenos de la sociología y la comunicación.


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