lunes, 27 de octubre de 2014

Web profunda

En otra publicación anterior en este blog señalé la existencia de una "internet profunda", representada por aquella enorme información almacenada en el ciberespacio a la que es difícil acceder. De igual modo, pero de una forma más perversa, existe una "web profunda" equivalente a la anterior pero que oculta un mundo bastante oscuro.  Pornografía, venta de drogas y hasta el sicariato, tienen su ubicación en esa llamada “Deep Web” o “red profunda”, una herramienta desarrollada con fines militares y actualmente usada por cientos de usuarios alrededor del mundo.

Esa forma de red recibe el nombre de la TOR (por sus siglas en ingles, The Onion Router) y miles de personas acceden por ahí diariamente a un mundo clandestino de información. TOR es uno de los principales portales para acceder a esta “red profunda”, que contiene información que no puede ser encontrada por los motores de búsqueda comunes como Google o Yahoo.

En la red TOR se puede encontrar desde libros de Harry Potter gratis hasta pornografía infantil o redes de mercenarios. Lo más contradictorio es que hay gente que la usa para subir poesía como si fuera un simple blog o personas que dicen ser periodistas o científicos que la usan para subir investigaciones censuradas. Todo un caos organizado.


Realmente es una red de contacto dentro de internet, que permite enviar y recibir información de manera codificada, lo que hace casi imposible definir el origen de los datos ni las identidades de los usuarios. En este tipo de redes se pueden encontrar hackers y gente que está metida en la “deep web”. Y se dice que hay desde redes criminales, agencias policiales o de espionaje gubernamental hasta simples usuarios civiles que navegan igual como lo hacen en la internet que todos conocemos, pero acceden a información de manera muy diferente. The Onion Router funciona con un concepto de direccionamiento de cebolla ("onion"), es decir, que cada persona no se conecta directamente a la dirección web a la que quiere llegar, sino que viaja por capas a través de otras.

Para acceder a TOR se necesita un navegador especial porque las direcciones de los sitios no tienen los conocidos dominios .com o .net, sino que usan la terminación .onion. Ese programa especial da acceso a la red, pero para navegar se necesitan los enlaces y eso es lo difícil porque no existe un buscador como Google, donde uno simplemente escribe palabras claves para encontrar lo que se quiere. La forma en que opera esta cebolla dificulta que las autoridades de los países puedan identificar a quienes suben contenido ilícito, y convierte a esta red en una especie de “espacio libre” para actividades que serían censuradas y perseguidas en la internet normal. No obstante, a pesar de lo oculto es sabido que existe esa web profunda, pero es muy difícil de controlar. Ciertamente no es accesible sino a unos pocos, pero ¿será así por cuanto tiempo?

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