domingo, 18 de noviembre de 2018

Un argumento sobre la belleza por Susan Sontag

En su libro de 2007 (publicado póstumamente), Al mismo tiempo, la escritora estadounidense Susan Sontag, plantea, entre otros temas, el asunto de la belleza en el arte y la cultura. Y afirma que la belleza es, desde un supuesto general, una categoría estética, de un modo casi tautológico, que puede ilustrar un ideal, una perfección. 

Pero a la vez hace un cuestionamiento a esa visión de la belleza, que termina justificando transgresiones morales o sexuales en aras de aquello que se supone trascendente. Más aún, se pregunta cómo lo bello se asocia, por ejemplo, a lo femenino, siempre que responda a órdenes o parámetros que son coercitivos e impuestos. Además de conllevar contradicciones ilógicas. Dice "si las mujeres son veneradas por ser bellas, se las menosprecia porque se preocupan de estar o mantenerse bellas". Una actitud misógina y que resulta de una inflexión de género.

Otra crítica que hace tiene que ver con la tendencia a hacer de la belleza un concepto binario, a dividirlo entre belleza "interna" y "externa", o "elevada" e "inferior". Señala que es la forma en que los juicios morales "colonizan" los juicios de lo bello. Es la manifestación de lo complicado que es congeniar la bondad con lo bello. La virtud, la bondad, la belleza terminan siendo idealizaciones.

Justamente, afirma que: "La belleza es parte de la historia de la idealización, que a su vez es parte de la historia de la consolación". Pero la belleza acaso no siempre consuele. Dice Sontag:  "La belleza del rostro y del cuerpo atormenta, subyuga; esa belleza es imperiosa. Tanto la belleza humana y la belleza creada (el arte) suscitan la fantasía de la posesión". Lo importante, finalmente, es recobrar la belleza como hecho sólido, como consecuencia inevitable de la naturaleza humana, y como juicio necesario para dar sentido a la energía que esa naturaleza nos infunde. 


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