sábado, 18 de julio de 2020

Angelus Novus

En 1921, el filósofo alemán Walter Benjamin (1892-1940), estaba en Berlín y adquirió un cuadro pintado en 1920, que le había llamado la atención, del pintor holandés Paul Klee (1879-1940), que se titulaba Angelus Novus. El título de la obra, Ángel Nuevo en latín, remite a una leyenda judía originaria del Talmud, y hoy el cuadro forma parte de la colección del Museo de Israel, en Jerusalén. Esta pintura tendría una importante repercusión en la vida de Benjamin, representando una fuente de inspiración constante y un catalizador de su pensamiento filosófico. Tan es así que en su ensayo Sobre el concepto de Historia, de 1940, dedica un segmento a esta pintura, que le lleva a una reflexión sobre la idea del progreso y sus consecuencias dentro del concepto de historia. Un segmento de ese apartado, es muy famoso, porque es un importante señalamiento a lo que se vivía en su momento. Este es el texto: 
"Hay un cuadro de Paul Klee llamado Angelus Novus. En este cuadro se representa a un ángel que parece a punto de alejarse de algo a lo que mira fijamente. Los ojos se le ven desorbitados, tiene la boca abierta y además las alas desplegadas. Pues este aspecto deberá tener el ángel de la historia. Él ha vuelto el rostro hacia el pasado. Donde ante nosotros aparece una cadena de datos, él ve una única catástrofe que amontona incansablemente ruina tras ruina y se las va arrojando a los pies. Bien le gustaría detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo destrozado. Pero, soplando desde el Paraíso, una tempestad se enreda en sus alas, y es tan fuerte que el ángel no puede cerrarlas. Esta tempestad lo empuja incontenible hacia el futuro, al cual vuelve la espalda mientras el cúmulo de ruinas ante él va creciendo hasta el cielo. Lo que llamamos progreso es justamente esta tempestad".
Walter Benjamin, Tesis XI, en Tesis sobre la filosofía de la historia, publicado en 1942.

Angelus Novus, Paul Klee, 1920

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