La "estética extendida" es un concepto relativamente nuevo que amplía la comprensión tradicional de la estética, llevándola más allá de la mera contemplación de objetos bellos o artísticos. Implica una mirada que reconoce la presencia de valores estéticos en la vida cotidiana, en la naturaleza, en las interacciones sociales y en diversas formas de experiencia. Es decir que está más próxima a la definición de estética que se relaciona con el carácter y estilo que percibimos en una realización o una obra artística.
El concepto de estética extendida permite entender que la sensibilidad del sujeto se ve afectada previa y posteriormente a todo tipo de experiencias, como asistir a un concierto, emprender un viaje o comer en un restaurante. La estética extendida posibilita diseñar experiencias prolongadas que puedan resultar más significativas para el sujeto que las vive. El diseño de experiencias ha ido ganando importancia debido a los cambios en los hábitos de consumo de las nuevas generaciones, que no sólo prefieren desistir de aquellas banales, como acudir a las tiendas, sino que privilegian su consumo a la posesión de bienes. De esta manera vemos elementos que quitan el velo abstracto del diseño de experiencias y que configuran una propuesta que puede servir de base para el desarrollo de modelos y métodos que impulsen esta actividad a través de una prolongación de la experiencia. Aquí hay algunos aspectos clave de la estética extendida:
Más allá del arte: tradicionalmente, la estética se ha centrado en el arte y la belleza en objetos específicos. La estética extendida reconoce que las experiencias estéticas pueden surgir en cualquier lugar, desde un paisaje natural hasta una conversación significativa.
La estética en la vida cotidiana: se enfoca en cómo los valores estéticos influyen en nuestras decisiones y experiencias diarias. Esto incluye la forma en que diseñamos nuestros hogares, cómo nos vestimos, cómo interactuamos con los demás y cómo nos relacionamos con nuestro entorno.
Experiencia estética: la estética extendida valora la experiencia estética en sí misma, independientemente de si está relacionada con el arte o no. Se trata de prestar atención a las cualidades sensoriales, emocionales y cognitivas de nuestras experiencias.
Conexión con el entorno: a menudo, la estética extendida se relaciona con una mayor conciencia y aprecio por el entorno natural. Se busca encontrar belleza y significado en la naturaleza y promover una relación más armoniosa con ella.
De modo que las disciplinas del diseño en su búsqueda de adaptación han propuesto distintas alternativas, entre las que se encuentran el diseño de servicios, el diseño emocional y el diseño de experiencias. Éstas buscan reflexionar sobre las prácticas cambiantes en el área pues además de poder entender a los usuarios (o consumidores), se debe también entender las respuestas afectivas que se involucran en los procesos de comprar, poseer y usar distintos productos. Sin embargo, las propuestas son tan incipientes que aún quedan muchos aspectos por discutir y afrontar, pero nos lleva a reconocer y valorar la presencia de la estética en todos los aspectos de la vida, enriqueciendo nuestra comprensión y experiencia del mundo que nos rodea.
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