Hombre de Vitruvio |
Vitrubio, arquitecto romano y autor de “Los diez libros de arquitectura” en el siglo I d.C., es revivido como referencia, y dado que el orden y los cánones que se desarrollan en 1400 son de origen greco-romano, sus enseñanzas van a influir grandemente en los tratadistas del Renacimiento. En particular sobre León Battista Alberti, quien escribiese libros sobre la forma de entender y realizar las diferentes manifestaciones artísticas de la época. En particular tres obras, “De Pictura” (1436), “De Statua” (1451), y “De Re Aedificatoria” (1452), en los que se pueden descubrir las nociones estéticas de este primer Renacimiento italiano, desde su punto de vista.
En estos libros, sobre todo en el último, que es obra de su madurez, nos dice Alberti lo que considera debe ser considerado bello, agradable y propio, no solo en la arquitectura sino en el arte en general. En ese sentido, resume Raymond Bayer sobre la estética definida por Alberti: “La definición de la belleza está muy claramente expresada: es la concinnitas, es decir, una cierta conveniencia razonada en todas las partes. Es la armonía, la perfección” (Bayer, pág. 105). Claro, esta definición implica valores positivos y negativos, puesto que no está claro qué es la “perfección”. Más aún, trata de ser objetiva, tal como lo intentaron los aristotélicos. Sin embargo un aporte nuevo de Alberti es su posición de ver la obra artística como un todo orgánico y vivo.
Santa María Novella en Florencia |
Uno de los aspectos revolucionarios de sus planteamientos es su contraposición a la visión estética medieval. Una obra de arte es, para Alberti, no un elemento dentro de un sistema teológico, sino una obra independiente, propia en sí. Y en ese sentido, libera a la belleza de su fin. Más aun, ya no es lo bello como útil (a lo aristotélico), ni lo bello agradable (a lo tomista), sino lo bello como búsqueda de la perfección. Una forma era retomando la antigüedad clásica. Esto va a ser característico del Renacimiento.
Los libros de Alberti tuvieron gran influecia a lo largo del Renacimiento, especialmente en Leonardo Da Vinci y en los arquitectos del Quattrocento, como Brunelleschi, Serlio o Michelozzi. Y durante siglos fue tomado como referencia del pensamiento que hizo resurgir el mundo de la antigüedad en la Europa de los últimos 500 años.
León Battista Alberti |
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