El código de barras es uno de los componentes gráficos ligados al comercio más extendido en el mundo, junto con la marca y el logotipo de un producto. La tecnología detrás es simple pero interesante. Un código de barras funciona en la práctica sobre la base de un sistema similar a una linterna común: leyendo la luz reflejada de una superficie. El proceso comienza con un dispositivo que emite un rayo de luz directa sobre un plano de líneas negras de distinto grosor. El dispositivo contiene un pequeño sensor que detecta la luz reflejada y la convierte en energia eléctrica. El resultado es una señal electrónica que puede ser interpretada y convertida en datos.
Los códigos de barras se miden en proporción a la barra mas delgada y en mils, o 1/1000 de pulgada. Un codigo de barras de 15 mils, por ejemplo, tiene una barra delgada de 15/1000 de pulgada de ancho. Añadido a esto, se incluyen las "zonas silenciosas" o espacios en blanco, a ambos lados del simbolo, para garantizar la lectura de codigo de barras. En el proceso de lectura un dispositivo de entrada debe convertir la luz en energia eléctrica. Hay una variedad de dispositivos de entrada, cada uno con sus propias características. Luego hay que convertir las señales en información, lo cual se logra con un decodificador. Este es un dispositivo electrónico que cumple con tres funciones: a) Discrimina automaticamente entre los varios tipos de codigos de barras, o como mejor se le conoce, "simbologias". b) Convierte la senal electrónica en datos. c) Traduce los datos en información.
Como se ve, aunque el sistema es sencillo, se ha desarrollado muy eficientemente y se ha estandarizado en todo el mundo. Como es un elemento que es harto conocido, ha servido a su vez como inspiración gráfica para múltiples imágenes, que van desde el humor hasta el arte, generando obras con un amplio espectro de injerencia cultural.
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