En esta (Otto the Rhino, en inglés), el protagonista es otro niño anti-héroe, Topper, que con sus diez años tiene una desbordante imaginación, por lo que sus compañeros de clase le creen mentiroso, cuando cuenta las peripecias por las que pasa su padre, un marinero que vive lejos de casa surcando los siete mares. Un día Topper se encuentra con un curioso lápiz con el que dibuja un rinoceronte en la pared del salón de su casa. Y no sabe hasta qué punto se está buscando un problema: el rinoceronte (llamado Otto) cobrará vida y Topper se verá en el lío de tener que lidiar con él, junto con su amigo Viggo y Cilla, su amor secreto.
De nuevo, la secuencia de acontecimientos complica la vida de Topper, porque el rinoceronte termina haciendo a su aire, pero por supuesto la película se resuelve de manera positiva, tal vez de forma más convencional que en las anteriores. Igual es muy original, y su trabajo de producción, cuidado y limpio.
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