Claude-Henri de Rouvroy, conde de Saint-Simon (1760-1825), fue un filósofo y teórico social francés, que suele incluirse entre los pensadores del socialismo utópico, por sus ideas que dieron nacimiento a un movimiento surgido después de su muerte, conocido precisamente con el nombre de sansimonismo y que preconiza acabar con la "anarquía" capitalista, sustituyéndola por un nuevo Estado dirigido por los científicos y por los industriales, que reemplazarían a los "incapaces": curas, nobles y explotadores.
Entre las muchas ideas que propuso Saint-Simon, hay una que parece premonitoria de algo que hace 200 años no se hubiera pensado: las redes y sus tejidos sociales. Entre las cosas de las que habla, está la concepción de una red como trama universal, que permita la asociación de todos los componentes sociales productivos. Esta noción sansimoniana se plantea con un cuádruple efecto: primero, entender que las redes no son solamente redes materiales (carreteras, vías férreas, líneas telegráficas) sino que están implicadas redes financieras y económicas: dinero, producción, intercambio; segundo, la existencia de redes espirituales, como la religión y la estética; tercero, la incorporación de avances tecnológicos en red, como el vapor y la electricidad; y finalmente, la más novedosa, la red social.
Los seguidores de Saint-Simon en el siglo XIX desarrollaron esta idea desde un punto de vista organizacional. Si bien se les puede criticar su corriente tecnicista, reflejada en la tercera red, no es menos cierto que la red social implicaba otra propuesta nueva: la solidaridad internacional. Para Saint-Simón y sus seguidores no podía haber progreso sin una conjunción de esfuerzos entre las naciones, que además debía hacer prevalecer el valor de la sociedad por sobre el valor de lo económico, sin eliminar el valor de la empresa como "emprendimiento" colectivo. Francia había salido de la convulsión de la Revolución y de la dictadura napoleónica, por lo que el sentimiento de rescate de lo social y su tejido era importante para ellos. La propuesta de una red que significara unión, conjunción, solidaridad y emprendimiento, resultó pionera en la filosofía decimonónica, y de alguna manera sirvió de referencia para Karl Marx y Friederich Engels, que en ella vieron la semilla del socialismo y del comunismo.
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