Desde hace unos pocos años, se ha comenzado a utilizar el término "Flat Design" (traducido como Diseño Plano) para definir un estilo de construcción visual de sitios Web, con una característica básica: su sencillez. Esta manera de diseñar páginas para internet tiene su origen en las ideas de minimalismo de los años 70 y 80 y más atrás también, en aquel concepto de "menos es más". Se plantea que en las pantallas la legibilidad y la percepción han de privar por sobre otros elementos, por lo que cuanto menos se ocupe el espacio, mejor será.
El diseño plano entonces es un estilo de construcción de la interfaz, que propugna el mínimo uso de elementos estilísticos que den la ilusión de tres dimensiones (como el uso de sombras, texturas, degradados o fondos), centrándose en un concepto minimalista uso de elementos básicos de tipografía y colores planos.
Los diseñadores pueden preferir esta forma de diseñar porque se aleja de aquellas interfaces complejas para obtener resultados más aerodinámicos y eficaces. Según este modelo, es más fácil transmitir información rápidamente en ese tipo de superficies, mientras que al mismo tiempo es visualmente atractivo y accesible porque simplicidad ni implica simpleza.
En los últimos tiempos, esta GUI (Graphic User Interface o Interfaz Gráfica de Usuario) se ha puesto de moda, sobre todo en aquellas aplicaciones que deben pensarse para múltiples dispositivos. En definitiva, se piensa que con menos elementos de diseño, los sitios web son capaces de cargarse más rápido y cambiar de tamaño fácilmente, sin perder su valor estético, pues lucen muy bien sus bordes, letras, siluetas y puntas en pantallas de definición alta y resuelven apropiadamente en cualquier otro formato. Por supuesto que esta estética tiene sus detractores... ¿siempre menos es más?
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