sábado, 25 de febrero de 2017

Cismogénesis y comunicación

En un ya clásico libro de 1936, Naven, el antropólogo, científico social, lingüista y cibernético inglés Gregory Bateson (1904-1980), estudiando ciertas tribus étnicas de Nueva Guinea y sus rituales, desarrolló un concepto para definir ciertos comportamientos que implican a los grupos sociales y sus individuos: el de "cismogénesis".  Este concepto, del que luego harían uso sociólogos, antropólogos y lingüistas de todo signo, supone un vaivén permanente entre individuo y sociedad, en mecanismos de interacción que él denomina simétricos y complementarios. 

Esa cismogénesis es un proceso de diferenciación en las normas de la conducta personal, resultante de la interacción acumulativa entre los individuos. En otras palabras, es el estudio de cómo la relación entre personas de un grupo social, afecta comportamientos y condicionas las relaciones sociales. Bateson estableció dos formas básicas: una simétrica y otra complementaria. En el primer caso se tiene una influencia progresiva en espiral, en el segundo caso, es una influencia cada vez más asimétrica entre los individuos involucrados.

Paul Watzlawick, a quien ya he citado en este blog, lleva este concepto al campo de la comunicación, y señala que la cismogénesis simétrica es una interacción comunicativa en la que hay una base de igualdad, que implica una respuesta paritaria a un mensaje o conducta, y en la que los interactuantes responden a la dádiva con la dádiva, a la violencia con la violencia, con igual peso y reacción. Es el diálogo entre pares o entre adversarios, que va ratificando y reimpulsando las conductas y reacciones. En el caso de la cismogénesis complementaria, la conducta generada por el proceso comunicativo se ve afectada en cada uno de los participantes, por una acción de imposición. En una relación complementaria hay dos posiciones distintas y no paritarias, en la que un individuo va imponiendo su autoridad social sobre el otro u otros. Es el caso de la comunicaciones familiares, donde la autoridad se impone, o en los grupos sociales estratificados. En la comunicación simétrica los componentes están al mismo nivel y se refuerzan sus posiciones, en tanto en la comunicación complementaria se asume posiciones superiores sobre otras inferiores, en un proceso de reafirmación interactiva. 



En los estudios antropológicos, sociológicos y comunicacionales, es usual ver estas relaciones de imposición y afectación, que aunque no son invariables y permanentes (de hecho los roles pueden cambiar según las circunstancias), marcan sin duda las conductas y maneras en que cada individuo establece su lugar en cada sociedad. 

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