Aunque el tema de este blog, Ciberestética, tiene que ver primeramente con la estética de lo digital en el ciberespacio, no es menos cierto que su contenido amplio, por los aspectos que pueden abarcar los tópicos relacionados, ha alcanzado diversos espacios de la comunicación, cultura, arte y tecnología. Digo esto para que no parezca extraña esta publicación de hoy sobre la Biblia de 42 líneas impresa por Johannes Gutenberg en 1455.
Según la tradición, hoy 24 de febrero se estima que es la fecha en la que Gutenberg (1400-1468) terminó de imprimir el último ejemplar de esa famosa Biblia Mazarino. Ciertamente no está claro si es posible determinar una fecha exacta, y además no coincide el calendario Juliano con el Gregoriano (que cambió en 1582, añadiendo 10 días en es octubre), pero en este caso lo importante no es tanto el día como el acontecimiento.
La Biblia de Gutenberg, también conocida como la Biblia de 42 líneas, la Biblia de Mazarino o la B42, fue el primer libro importante impreso usando el tipo de metal móvil producido en mayor escala en Europa. Marcó el inicio de la "Revolución de Gutenberg" y la edad del libro impreso en Occidente. Ampliamente elogiado por sus altas cualidades estéticas y artísticas, ese libro tiene hoy un estatus icónico. Escrito en latín, la Biblia Católica Gutenberg es una edición de la Vulgata, impresa en Mainz (Maguncia) -en la actual Alemania-, hecho que cambió la relación del hombre con el texto escrito. Desde su publicación en la década de 1450, 49 copias (o partes sustanciales de copias) han sobrevivido, y se consideran entre los libros más valiosos en el mundo.
Esa famosa Biblia no fue lo primero que imprimió Gutenberg en su invento (que era básicamente una prensa de vino transformada), ya que hacia 1449 realizó un misal conocido como Misal de Constanza; y luego en preparación a esa Biblia (llamada de Mazarino porque una copia se descubrió en 1760 entre los libros del Cardenal y político francés Julio Mazarino) editó algunas Indulgencias que sirvieron de modelo a sus páginas de 31, 40, 41 y 42 líneas. Se estima que de esa primera Biblia entera se imprimieron 180 copias, de las que existen 49 ejemplares, pero solo 21 completos.
Hoy, a 562 años de aquella primera edición, vivimos en un mundo donde aún a pesar de los cambios tecnológicos, la palabra impresa, el libro, y el texto, siguen siendo predominantes, con todo y la multiplicación de nuestra iconosfera visual. Ya lo había señalado Marshall McLuhan en 1962: el hombre moderno está moldeado por la imprenta de Gutenberg. ¡Sigue siendo así!
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