Un concepto diferenciador de las formas de arte muy interesante es el que define las autográficas y las alográficas. Las artes autográficas y las artes alográficas son una distinción usada para clasificar diferentes tipos de artes en función de la relación que existe entre la obra original y sus copias. Esta teoría fue propuesta por el filósofo estadounidense Nelson Goodman (1906-1998), en su libro de 1968, Los lenguajes del arte. La diferencia clave se centra en el concepto de la autenticidad y la identidad de la obra.
La artes autográficas son aquellas en las que la obra original no admite copia indistinguible o perfecta. La obra original exhibe las huellas y rastros propios del trabajo material realizado por el artista directamente sobre los materiales. En estas artes, la copia nunca puede ser idéntica al original porque la identidad de la obra depende de la historia particular de su producción. Ejemplos clásicos son la pintura y la escultura, donde cada obra es única y las copias son reconocibles como tales. Además, son obras en las que todas las propiedades fenomenológicas (como las texturas y detalles) son importantes para la identidad de la obra.
Artes alográficas son aquellas en las que las copias pueden ser indistinguibles del original, ya que las operaciones que producen la obra y las que reproducen copias son las mismas o muy similares. En esta categoría entran artes como la música escrita (partituras), la literatura (textos escritos), el diseño digital, la ilustración digital, videojuegos y la música electrónica. En el caso de estas obras, la identidad de la obra no depende de quién, cuándo o cómo se produjo la instancia específica, sino de la fidelidad literal al "texto" o "código" que compone la obra.
En la siguiente publicación veremos cómo surge este concepto distintivo y las consecuencias que tiene en la percepción y valoración de la obra artística, sobre todo en este momento de expresiones audiovisuales con inteligencia artificial.
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