jueves, 10 de enero de 2013

Teoría Estética según Adorno (2)

En su libro de 1969 "Teóría Estética", Theodor W. Adorno desarrolla su visión del arte y cultura a la luz de las ideas de la dialéctica negativa que planteara a partir de "Dialéctica del Iluminismo" que escribió junto a Max Horkheimer a mediados del siglo XX.

En “Teoría Estética” dice Adorno, definiendo primero “arte” para luego abordar “estética”: “La definición de aquello en que el arte pueda consistir siempre está predeterminada por aquello que alguna vez fue, pero sólo adquiere legitimidad por aquello que ha llegado a ser y más aún por aquello que quiere ser y quizás pueda ser”.  Y después: “Toda obra de arte es un instante; toda obra de arte conseguida es una adquisición, un momentáneo detenerse en el proceso, al manifestarse este al ojo que lo contempla.”

Ello muestra el análisis que hace desde la perspectiva histórica dialéctica de la creación artística. Más adelante dice: “La formalización de lo bello es un momento de equilibrio, que es constantemente destruido, porque lo bello no puede retener la identidad consigo mismo, sino que tiene que encarnarse en otras figuras que, en ese momento de equilibrio, se le oponían.” Es característico entonces la contraposición y el equilibrio para entender el significado de lo bello.

Y finalmente, como resumiendo la relación entre la obra de arte, la belleza y la naturaleza como componentes de la estética: “El espíritu de las obras de arte no es un concepto, pero por su medio aquéllas se hacen conmensurables al concepto Cuando la crítica de la configuración de una obra llega a percibir en ella el espíritu y a confrontar los diferentes momentos entre sí y también con el espíritu que en ellos se muestra, está acercándose a su verdad más allá de la configuración estética. Por eso es necesaria la crítica de las obras. Ella es la que reconoce en el espíritu de las obras su contenido de verdad o la que lo separa. Y en este acto, y sólo en él, convergen arte y filosofía, y no en esa filosofía del arte que prescribe a éste lo que ha de ser su propio espíritu.”

Se puede concluir que para Adorno estética implica un proceso de objetivación de la obra como totalidad lograda. Incluye su belleza, su naturaleza y su trascendencia espiritual. Pero también incorpora la idea de conciencia estética y experiencia estética, relacionadas con la vivencia de la obra de arte, cuando está la obra, y por lo tanto la comprensión de ésta, que debe negar su contexto, y no referirse a él directamente para abstraerse de los factores referenciales.


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