¿Cuántas veces nos ha pasado tener que regresarnos a casa a buscar el teléfono olvidado? ¿No es cierto que salir sin el celular es casi impensable en el mundo actual? La dependencia de este dispositivo se ha hecho cada vez más fuerte entre nosotros, y aunque muchas veces no hacemos ni una llamada telefónica, su uso como aparato multimedia se nos hace imprescindible.
El celular, aún los modelos más económicos de hoy, pueden tomar fotos, enviar mensajes y servirnos de agenda y calculadora. Ni que hablar de los iphones y blackberries y demás marcas de primera línea. Hemos establecido una conexión tan fuerte con nuestro aparato digital que nos parece casi impensable salir sin él. Y esto sucede en todos los grupos sociales, en todas las clases económicas y en cualquier comunidad urbana o extraurbana, dado que la cobertura de los servicios móviles es casi universal, y los precios de los equipos son bastante accesibles, sobre todo en los modelos básicos o económicos.
Pues bien, esta dependencia al uso del celular es la que produce esa "nomofobia", miedo a no tener a mano el teléfono, con las consecuencias que ello pueda implicar. También se aplica a la falta de conexión, es decir, tener el aparato pero sin línea, porque se ha "caído"; igual de angustiante. En algunos casos la necesidad llega a ser obsesiva, por lo que hay que tener cuidado con esta "enfermedad" que tal vez sin darnos cuenta empieza a afectarnos a todos...
Dibujo por Maitena |
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