domingo, 18 de mayo de 2014

El panda digital que hace Kung Fu

Una muy reconocida película de 2008, "Kung Fu Panda", popularizó una serie de personajes antropomorfos practicantes del arte marcial chino Kung Fu, que resultó ser icónica dentro del cine de animación digital. Esos personajes, entre los que destaca por supuesto el Panda Po, ha servido de motivo para segundas partes, series de televisión, juegos de video y todo un despliegue de material promocional. 

Dirigida por Mark Osborne y John Wayne Stevenson, la trama de la primera película es una sencilla comedia que se inspira en la sátira de acción de de artes marciales de Stephen Chow estrenada en 2004, Kung Fu Sion. Además los directores deseaban que hubiese verdaderos elementos de cultura china y de kung fu en la cinta, por lo que el diseñador de producción Raymond Zibach y el director de arte Tang Heng, pasaron años investigando sobre pintura china, escultura, arquitectura y películas de kung fu para ayudar a crear la apariencia de la película.

El protagonista, un torpe y gordo pero noble oso panda llamado Po, que trabaja en el negocio de comida de su padre (una oca) quiere formar parte de un avanzado grupo de practicantes de Kung Fu a los que admira, que son los Cinco Furiosos, guerreros del kung fu (una Tigresa, un Mono, una Mantis, una Serpiente y una Grulla) entrenados por el sabio Maestro Shifu (un pequeño panda rojo), para proteger el valle donde viven. Tras una serie de peripecias y casualidades, Po resulta siendo el héroe, puesto que el viejo maestro Oogway (una anciana tortuga gigante) lo termina ungiendo como el Guerrero Dragón, que vencerá al malo Tai Lung (un leopardo de las nieves) quien había traicionado al Maestro Shifu y ponía en peligro a todos.

Estos personajes reaparecen en las secuelas (Kung Fu Panda 2 y 3, ésta aún no estrenada) y en la serie de televisión, así como en todos los demás derivados del film. Lo interesante aquí es el manejo visual de todos los elementos, los animales humanizados, los ropajes, los ambientes, edifcios y espacios, y el vocabulario iconográfico simbólico, lleno de alusiones al mundo chino. La animación (a cargo de DreamWorks) es por supuesto excelente, y el trabajo en 3D muy bien logrado.

El universo conseguido es bien identificable y aporta una riqueza sensorial a toda la producción. La segunda parte es de 2011 y la tercera ya está en camino, en tanto los capítulos para TV que forman "La leyenda de Po", de media hora cada uno, se estrenaron también en 2011 (luego de la segunda película) y llevan ya tres temporadas. Igualmente con los juegos para video, que reconstruyen la acción de las artes marciales y el kung fu con los dibujos del film. Una veta que no parece decaer y que está respaldada por un muy buen esfuerzo de creatividad y producción.











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