Proceso semiótico y comunicación

En su libro de 1980 La ideología como mensaje y masaje los investigadores de la comunicación venezolanos Jesús María Aguirre y Marcelino Bisbal estudian el impacto de los medios masivos de comunicación no desde el punto de vista del hecho tecnológico sino desde el ideológico. Siendo así se analizan posiciones funcionalistas, estructuralistas y críticas al fenómeno de la comunicación.

Uno de los planteamientos allí formulados tiene que ver con la visión crítica del proceso comunicacional masivo desde el punto de vista semiótico. Se plantean como partida tres elementos para explicar la semiótica en el campo comunicacional, prescindiendo del acontecimiento estrictamente ligüistico. Es así que se tiene:

1-ACCIÓN: un ser pensante o varios establecen una función de un objeto.
2-DENOMINACIÓN: se ponen de acuerdo y la identifican. Es un lenguaje.
3-TEORÍA: una vez que lo reconocen e interpretan, la analizan.

El contenido global consecuente constituye un proceso cultural. Si se superan las obvias equivalencias entre comunicación y lenguaje, se tiene adicionalmente que como consecuencia de esta formulación toda cultura es comunicación. Según los autores, la cultura no se establece con la utilización por primera vez de un objeto, sino con la comunicación (a sí mismo, o a otro) de la información adquirida. Y dado que el intercambio de ideas implica una transformación y manejo por signos, el proceso semiótico es básico para esa comunicación y culturización.

En el campo sociológico, los objetos o acontecimientos o actos pasan a tener valor de mensajes para los miembros de un grupo social, dado que ese mensaje es un signo que "significa" una forma correspondiente en su cultura de esas unidades semánticas, por lo que pueden ser analizadas como contenidos en la comunicación. Las cosas las conocemos, entonces, por medio de esas unidades culturales sígnicas que circulan en cada sociedad.