La palabra simbólico, que tiene varas connotaciones, se refiere en esencia al uso de símbolos y lo que estos representan para los grupos sociales. Simbólico es "perteneciente o relativo al símbolo; expresado por medio de él", según el diccionario. Ya vimos que simbólico es también aquello que nos une dentro de un colectivo. Consecuentemente la idea de símbolo es entonces clave para entender los procesos de comunicación social.
Sin apelar a otras acepciones del término símbolo, y enfocándonos en lo semiológico, un símbolo es una forma (visual, gráfica, audiovisual, auditiva, verbal, sensorial) cargada de contenidos; sean estos ideológicos, conceptuales, sensitivos o comunicacionales. Según el DRAE es "la representación sensorialmente perceptible de una realidad, en virtud de rasgos que se asocian con esta por una convención socialmente aceptada". Este aspecto de la convención es clave y remite al símbolo a su origen sígnico. Un símbolo es un signo. Un signo es una cosa que está en lugar de otra por convención. Por acuerdo. Los acuerdos son los que hacen funcionar al sistema.
Cuando acordamos que "esto" vale por "esto otro" en el campo de los significados, estamos generando un signo. Y si ese signo además está asociado a ciertos contenidos específicos, entonces se vuelve símbolo. Como es aceptado y entendido por comunidades o grupos sociales, lo simbólico une, identifica y expresa la intención de esas sociedades que lo adaptan.
Hay toda una extensa bibliografía al respecto, y es muy reconocido el libro de Tzvetan Todorov de 1977 Teorías del símbolo, en el que abarca los aspectos semióticos, retóricos, verbales y estéticos del tema; el símbolo como cosa, no como palabra. Y es un asunto tan complejo e interesante para el campo de la comunicación, que por supuesto no se abarca todo en un espacio reducido como este. Ya habrá tiempo para volver sobre él.
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