Este diciembre 5 vió morir al más famoso arquitecto brasileño del siglo XX: Oscar Niemeyer; el mismo mes que le vió nacer, puesto que el 15 pasado hubiera cumplido 104 años. Habiendo estudiado en la Escuela de Bellas Artes de Río de Janeiro, se graduó como "Ingeniero-Arquitecto" en 1936, aún influenciado por la estética de principos de siglo. Pero muy pronto conoció la obra de los Modernistas, en particular la de Le Corbusier, y se decantó por ese estilo, lleno de curvas y movimiento. De hecho en 1952 colaboró con el mismo Corbú en el diseño del edificio de las Naciones Unidas en Nueva York.
A poco de graduarse comenzó a trabajar con el joven arquitecto y urbanista Lucio Costa, y en 1945 ya siendo un arquitecto de cierta reputación, se unió al Partido Comunista de Brasil. La Segunda Guerra Mundial lo convirtió en un joven idealista y fue un comunista muy entusiasta, posición que le costaría caro más tarde en su vida. Niemeyer visitó la URSS, conoció varios líderes socialistas y se convirtió en amigo personal de algunos de ellos.
En 1954 su ex jefe Costa lo suma a su proyecto urbanístico de la nueva capital del Brasil, Brasilia-impulsada por el presidente Juscelino Kubitschek- y ahí comienza su obra más conocida y voluminosa. Entre 1960 y 1964 se inauguran los edificios claves de la ciudad: la residencia del Presidente (Palácio da Alvorada); el Congreso Nacional (la Cámara de los Diputados y el Senado Federal); la Catedral de Brasilia; el Palacio de Itamaraty, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores; la sede del Tribunal Federal supremo; los edificios de los ministerios (sede del gobierno), el Palacio del Planalto, y los superbloques de viviendas. Todos diseñados por Niemeyer.
Luego, a partir de 1966 debe salir de Brasil y se exilia en Europa, donde también hace muchos proyectos, en particular la sede del partido comunista francés en París. Recién vuelve a su país natal en 1980, ya con una gran trayectoria y reputacion. De su segunda etapa brasileña destaca el gran museo de Niteroi, en Río de Janeiro, terminado en 1996. Su obra es extensa y su influencia muy fuerte, tanto que algunos arquitectos brasileiros se han quejado de tener siempre esa sombra en sus carreras.
Lo más notable es su bien marcado estilo modernista, con un manejo sutil de la forma y un dominio de los materiales excepcional. Los colores, con el blanco predominante, y su funcionalidad y adaptabilidad. Sus edificios representan el sentir de una época, y definen una estética que marca sin duda una personalidad. Claro que Oscar Niemeyer ha tenido sus críticos, pero no se puede negar la originalidad y trascendencia de su obra.
No es el ángulo oblicuo que me atrae, ni la línea recta, dura, inflexible, creada por el hombre. Lo que me atrae es la curva libre y sensual, la curva que encuentro en las montañas de mi país, en el curso sinuoso de sus ríos, en las olas del mar, en el cuerpo de la mujer preferida. De curvas es hecho todo el universo, el universo curvo de Einstein.
Oscar Niemeyer
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Con el Palazzo Mondadori al fondo |
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Palacio de Gobierno, Brasilia |
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Los Tres Poderes, Brasilia |
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La Catedral de Brasilia |
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Universidad Constantine en Argel |
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Mezquita de Penang |
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Pabellón Matarazzo |
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Sede del Partido Comunista Francés, París |
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Centro Cultural Asturias |
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Museo Niteroi en Río de Janeiro |
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El Palacio de la Alborada |
El palacio de la Alborada, las columnas, la capilla y el diseño original
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