La palabra "reificación" está formada con raíces latinas y significa "acción y efecto convertir en algo concreto". Sus componentes léxicos son: res (cosa), facere (hacer), más el sufijo -ción (acción y efecto). En las teorías críticas y marxistas, la reificación se entiende también como "cosificación". Es decir, convertir algo en cosa, en este caso, a la gente. Así, reificación (en alemán: Verdinglichung, literalmente "convertir en" o "hacer cosa") es considerar a un ser humano o viviente consciente y libre como si fuera un objeto o cosa no consciente ni libre; también se refiere a la reificación o cosificación de las relaciones humanas y sociales, que se transformarían al convertirse en meras relaciones de consumo de unas personas respecto a otras.
Lucien Goldmann en su libro de 1980, La creación cultural en la sociedad moderna, dice que el análisis crítico de la conciencia y de la creación cultural en la sociedad capitalista moderna debe tener en cuenta la teoría de la reificación, porque el carácter global de las interrelaciones humanas tiende a desaparecer de la conciencia de los individuos, reduciendo la esfera en que el ser humano se comunica y manifiesta colectivamente, pasando a ser un ente individualista y "cosificado". En este sentido afirma que los mass-media contribuyen a atomizar las relaciones interpersonales, creando una sensación de autonomía que en realidad aleja a las personas de su comunidad, de los valores positivos, de la esperanza real de superación y de su estructura cualitativa.
Así, para efectos de la cultura y la comunicación, la teoría de la reificación se refiere a la transformación de lo social, lo humano y lo abstracto en cosas concretas y objetivas, como si no fueran producto de la acción humana y las relaciones sociales, sino entidades naturales e inmutables. Filósofos como Theodor Adorno, Max Horkheimer y Herbert Marcuse profundizaron en el concepto de reificación, aplicándolo a la industria cultural, la dominación tecnológica y la alienación en la sociedad capitalista moderna. El concepto de reificación también fue desarrollado por el historiador, filósofo marxista y crítico literario húngaro, Georg Lukács, en su texto de 1923, Reificación y consciencia del proletariado, en el que insistió en que la cosificación fragmenta nuestra propia conciencia.
Algunos aspectos claves que se pueden señalar sobre la idea de reificación incluyen la reducción de lo complejo a lo simple, porque la reificación simplifica las relaciones sociales y humanas, presentándolas como relaciones entre objetos inertes y carentes de agencia. También la pérdida de conciencia, ya que se oscurece la comprensión de que las estructuras sociales y las relaciones de poder son producto de la acción humana, y no fuerzas naturales inevitables. Sucede también un enmascaramiento de la explotación, dado que se ocultan las relaciones de explotación que subyacen en el sistema capitalista, presentando la distribución de la riqueza y el poder como algo natural y justo. Y finalmente se produce una pasividad y alienación que conducen a la cosificación de los individuos, quienes se ven como simples engranajes en una maquinaria social que no pueden controlar.
Todo esto lleva a la transformación de seres humanos en cosas que no se comportan en una forma humana sino de acuerdo a las leyes del mundo de las cosas. La reificación es un caso particular de alienación, su forma más extendida y característica de la sociedad capitalista moderna. En la siguiente publicación veremos algunas implicaciones en la cultura y en el trabajo en general que esta idea implica. ¡Feliz día del trabajador!
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