En su libro "El futuro borroso o el cielo en un chip" de 1999 (en español de 2000), el profesor estadounidense Bart Kosko aborda, entre otros tópicos, el tema de lo que él llama el "arte inteligente"; una reflexión de cómo puede ser vista la creación artística bajo los conceptos de la lógica borrosa y los programas de computación inteligentes. Uno de sus planteamientos más interesantes tiene que ver con la relación existente entre pensamiento y creación arística. y si la inteligencia artificial puede reproducir estos procesos. Más aún si la ciencia puede clonar el genio de los artistas y reproducirlo según modelos matemáticos basado en la lógica borrosa, que es una de la maneras como se desempeña el cerebro humano.
Se pregunta Kosko, qué es lo que hace un artista... pues expresarse a sí mismo. Lo hace a través de algún medio, y expresa algo más que un capricho. Expresa ideas, experiencias vivenciales y aquellas sensaciones que le han motivado en un momento determinado. Dice "En este sentido, un artista es un sistema o una actividad cartográfica. Un artista cartografía la experiencia reduciéndola a símbolos". Esto convierte al proceso de creación en un proceso de abstracción y simbolización, que permite al espectador comprender la intención del artista, en cualquier disciplina. Y ello implica una intencionalidad.
"El artista convierte la entrada de datos de sus experiencias vitales en la salida de resultados en forma de símbolos. Estos símbolos pueden ser colores, notas musicales, palabras, movimientos de una danza o cualquier otro modo de expresión." (Kosko, 2000, pág. 235).
Y esta necesidad de expresión tiene una guía natural: el instinto del artista. Esto es lo que hace cada expresión individual e irrepetible. Sin embargo, y aquí es donde entra la inteligencia matemática artificial, basada en la lógica borrosa, podría pensarse en que a pesar de las intuiciones, hay procesos de aprendizaje que enseñan a los artistas técnicas y modelos, que le ayudan a efectuar su obra. Estos procesos pueden imitarse, y tratar de lograr expresiones artísticas similares a la de ciertos creadores, basándose en las pautas que dirigen esos procesos.
Si estudiamos los sistemas neurales, con reglas condicionales borrosas (si tal cosa, entonces tal otra...), podríamos acumular una cantidad de datos que una vez codificados, comprimidos y fundamentados en otras obras, según estilos y estéticas determinadas, permitan desarrollar programas que repliquen esas condiciones, y produzcan obras que finalmente imiten ciertas creaciones artísticas. Dado que los artistas suelen encuadrarse en rutinas creativas que definen su estilo, los sistemas inteligentes intentarían aprender esas rutinas entendiéndolas como pautas o reglas borrosas. El modo más sencillo de copiar y luego recrear es aprender o abstraer esas normas que producen la definicón estética del artista.
¿Será posible que el desarrollo de una inteligencia artificial "creativa" relalice obras de arte originales basandose en copias desarrolladas y reformuladas? La matemática y los chips parecen tener la fórmula. ¿Pero será esto realmente una creación definible como arte? No lo sabemos...
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